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Cómo afecta el estrés al cerebro

Cómo afecta el estrés al cerebro

Parece que los seres humanos están bajo estrés crónico en estos días. El estrés, que es un imperativo biológico derivado de la respuesta de lucha o huida que protegió a los primeros humanos de los depredadores, tiene profundos efectos fisiológicos en todo el cuerpo, incluido el cerebro. Incluso los niveles bajos de estrés pueden causar cambios significativos en su cerebro con el tiempo.

El estrés encoge tu cerebro

Un estudio de la Universidad de Yale de 2012 mostró que el estrés crónico en realidad puede reducir el volumen del cerebro. En otras palabras, si está estresado todo el tiempo, su cerebro podría encogerse. Entre sus muchos efectos, un volumen cerebral más bajo puede conducir a una cognición deteriorada y una función emocional obstaculizada.

¿Por qué pasó esto? Según el estudio, el estrés y/o la depresión activan un factor de transcripción conocido como GATA1, que regula los genes que controlan las conexiones sinápticas. Cuando se forman menos conexiones sinápticas, el volumen del cerebro disminuye.

Sin embargo, la buena noticia es que el daño no tiene que ser permanente. El volumen cerebral puede volver a la normalidad, según el autor de un estudio de volumen cerebral realizado en el año 2000 en personas con trastorno de estrés postraumático. Cuando los niveles de hormonas en el cerebro vuelven a la normalidad, el volumen del cerebro vuelve a su tamaño normal.

El estrés mata las células cerebrales

El estrés también puede matar las células cerebrales, particularmente en las áreas asociadas con la memoria y el aprendizaje, según el Laboratorio de Neuroendocrinología Harold y Margaret Milliken Hatch de la Universidad Rockefeller. Cuando su cerebro percibe el estrés, su cuerpo libera adrenalina en el torrente sanguíneo, lo que le da a su cerebro la energía que necesita para luchar, huir o congelarse.

Después de aproximadamente un minuto, la adrenalina sale de su cerebro y vuelve a funcionar normalmente. Si la amenaza persiste o es grave, su cerebro llama a las armas grandes. Según el investigador del cerebro de la Universidad de Stanford, Robert M. Sapolsky, estas son una clase de hormonas esteroides, llamadas glucocorticoides. Es posible que haya oído hablar del cortisol, que es un ejemplo de un glucocorticoide. Estas hormonas permanecen en el cerebro y continúan afectando su funcionamiento mucho más tiempo que la adrenalina.

Ambos tipos de hormonas se dirigen directamente al hipocampo. Su cuerpo requiere un estado de homeostasis (equilibrio hormonal) para funcionar correctamente. El equilibrio entre las hormonas simpáticas y parasimpáticas es muy delicado. El estrés crónico puede mantener estas hormonas desequilibradas. Los altos niveles de cualquiera de los dos tipos de hormonas pueden matar células en el hipocampo, lo que dificulta la memoria y el aprendizaje.

El estrés dificulta la cognición, la expresión y la memoria

Según el Centro Médico de la Universidad de Maryland, los eventos estresantes activan el sistema hipotalámico-pituitario-suprarrenal, que libera catecolaminas, neurotransmisores como la dopamina, la norepinefrina y la epinefrina. Estos químicos activan la amígdala y suprimen la concentración, la memoria a corto plazo, el pensamiento racional y la inhibición.

Esta supresión de las respuestas cerebrales normales le permite participar plenamente en la lucha o huida sin que su cerebro se entrometa. Desafortunadamente, la supresión de tales respuestas a largo plazo también puede dañar su memoria y afectar la función cognitiva.

El estrés agota las sustancias químicas del cerebro

Si una amenaza es especialmente grave o se repite con frecuencia, como un combate prolongado o vivir con abuso, las sustancias químicas que transportan mensajes de una célula nerviosa a otra se agotan y el cerebro se vuelve lento e ineficiente. Según el Instituto Estadounidense del Estrés, esto puede provocar una variedad de efectos en la salud mental, que incluyen:

  • Depresión
  • Alteraciones del sueño
  • Pensamientos acelerados y dificultad para concentrarse
  • Dificultades para aprender
  • Distracción mental
  • Dificultades para tomar decisiones
  • Comportamientos obsesivos o compulsivos
  • Mayor hostilidad, preocupación y culpa

El estrés supera el pensamiento lógico

Un hombre se precipita heroicamente a un edificio en llamas para salvar a un niño y luego dice que "simplemente reaccionó" o "se puso en piloto automático". La Solución HeartMath, basada en gran medida en la investigación del Dr. Daniel Goleman y presentada en la 12.ª Conferencia Anual del Programa Unificado, describe lo que probablemente motivó las acciones del héroe.

Experimentó un estrés extremo al ver al niño en peligro inminente, y esa información entró en su cerebro con tal fuerza y ​​urgencia que pasó por alto la corteza prefrontal y otros centros cerebrales superiores. Fue directamente al sistema límbico, que es el asiento de la emoción y la reacción. Esencialmente, su razón y juicio se desconectaron temporalmente, y reaccionó desde el centro reptiliano de su cerebro, ubicado en el tronco encefálico. Esta es también la parte del cerebro que controla los latidos del corazón, la respiración y otras funciones corporales autónomas.

Curiosamente, este es el mismo proceso mental que ocurre durante un crimen pasional. Cuando las percepciones entrantes pasan por alto la parte racional del cerebro, una persona puede actuar sin el efecto regulador de la sabiduría, la memoria o el juicio. La lógica simplemente no está disponible en el momento y las reacciones se basan en la emoción pura.

El estrés cierra funciones y agudiza otras

¿Alguna vez te has encontrado con un estrés extremo y de repente te has involucrado en comportamientos muy instintivos? Esto sucede porque la adrenalina hace que el cerebro inicie y detenga ciertas funciones para lidiar de manera efectiva con la amenaza percibida provocada por el estrés. Según el Instituto Franklin, la adrenalina iniciará y detendrá las siguientes funciones cerebrales mientras esté presente:

  • Hace que el cerebro indique la liberación de glucosa y ácidos grasos en el torrente sanguíneo para proporcionar energía y fuerza al instante.
  • Agudiza tus sentidos para percibir más amenazas.
  • Te hace menos sensible al dolor para que puedas continuar con tu lucha o huida.
  • Cierra funciones innecesarias para luchar o huir, incluido el crecimiento, la reproducción o la inmunidad.
  • Le indica al cerebro que reduzca el flujo de sangre a la piel.

El estrés compromete la barrera hematoencefálica

La barrera hematoencefálica protege su cerebro y sistema nervioso central de virus, drogas y químicos que ingresan a su torrente sanguíneo. Múltiples estudios, incluido uno publicado en el British Medical Journal, sugieren que el estrés extremo compromete la barrera hematoencefálica, haciéndola más permeable. Esto hace que el cerebro sea más susceptible a infecciones y cambios peligrosos en la química cerebral.

Si ciertas sustancias químicas pueden penetrar fácilmente la barrera hematoencefálica, es posible que sea más susceptible al daño nervioso o incluso al daño cerebral.

Diferencias de género

Los hombres y las mujeres pueden responder al estrés de manera diferente. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, los receptores de la hormona del estrés de las mujeres son menos adaptables que los de los hombres, por lo que es más probable que las mujeres experimenten trastornos mentales relacionados con el estrés, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o depresión, que sus contrapartes masculinas.

Minimización de los efectos negativos

Las noticias no son del todo malas, según Bruce McEwen, Ph.D. de la Universidad Rockefeller. La respuesta a corto plazo del cerebro al estrés es en realidad protectora. Sin embargo, a largo plazo, el estrés puede causar daños.

Sin embargo, puede tomar medidas para reducir los niveles de estrés crónico y proteger su cerebro. Participar en técnicas de reducción del estrés como la meditación y el ejercicio regular puede ayudar, al igual que mantener una red social de apoyo. Si el estrés crónico es parte de su vida, trate de encontrar maneras de minimizar su carga de estrés.

Manejo del estrés

En su libro, Why God Won't Go Away:Brain Science and the Biology of Belief, Andrew Newberg ofrece ideas sobre cómo manejar el estrés:

  • Relájese y concéntrese
  • Respira profundamente
  • Ora o medita
  • Haga algo que le agrade, ya sea escuchar la risa de un niño, ir a pescar o bañarse

Newberg realizó experimentos con monjes tibetanos que meditan y monjas católicas que rezan. Descubrió que los miembros de ambos grupos exhiben niveles reducidos de estrés y una función cerebral mejorada en comparación con aquellos que no oran ni meditan de manera rutinaria.

Sanar tu cerebro

Las estrategias para facilitar la curación incluyen:

  • Proteja su cerebro aprendiendo técnicas efectivas de manejo del estrés.
  • Alimenta tu cerebro. Es más capaz de resistir los desafíos cuando come una dieta bien balanceada.
  • Elimine las HORMIGAS (pensamientos negativos automáticos). Demasiados de ellos pueden desencadenar glucocorticoides.
  • Ejercita tu cuerpo para potenciar tu cerebro. La actividad física empuja sangre y combustible a tu cerebro, lo que te ayuda a reducir el estrés y mejorar la memoria.
  • Visite a su médico lo antes posible si cree que puede tener un problema cerebral.

Cuídate

Comprender el estrés y sus efectos en el cerebro puede ayudarlo a protegerse. En un mundo muy ocupado donde el estrés es la norma y no la excepción, es importante que busques mitigar el estrés utilizando cualquier técnica que funcione para ti. Tu cerebro gestiona todas tus funciones corporales, por lo que es importante que lo protejas.