La jubilación es, por muchos, el momento más esperado. Finaliza la vida laboral y empiezan los dorados años en los que ya no se tiene uno que preocupar por entregar informes, hacer reuniones, estar detrás del cajero y otras tareas realmente estresantes y agotadoras.
Sin embargo, hay quienes ven en esto un momento de mucha incertidumbre, sintiendo como que han perdido aquello que los definía y que les estructuraba el día. El tiempo libre se vuelve en tedioso y la sensación de inutilidad aparece.
Para evitar que al llegar la hora de acabar con el trabajo la persona empiece un proceso que le llevará a depresión y aislamiento, es muy conveniente planificar la jubilación y acudir a profesionales para recibir orientación frente a este gran cambio.
La orientación psicológica, tanto antes como durante de la jubilación, es factor clave para garantizar el mayor grado de bienestar ante este nuevo período vital, además de evitar problemas de salud, tanto física como mental, y contribuir a disfrutar de esta gran libertad.
En este artículo vamos a explicar qué procesos se dan durante la jubilación, como se debe enfocar la orientación a quienes van a jubilarse y algunas estrategias útiles para sacarle el máximo partido a la nueva situación.
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La jubilación, un gran cambio
Cada persona es un mundo diferente y, también, lo es su forma de enfrentarse a los cambios vitales. La jubilación puede ser abordada de muchas formas dependiendo de la persona. Factores como la cultura, las vivencias y experiencias vitales, el tipo de trabajo desempeñado, el apoyo familiar y otros muchos aspectos influyen en la actitud y la forma en el que se vivirá el nuevo período.
La jubilación es el final de la vida laboral, de la profesión que se ha estado haciendo durante muchos años. No es de extrañar que la mayoría se identifique con el trabajo que ha realizado, presentándose con la etiqueta de su trabajo. Somos psicólogos, pedagogos, médicos, ingenieros aeronáuticos o cualquier otra profesión. Nos mostramos al mundo con estas profesiones, pero al llegar la jubilación nuestra carta de presentación pareciera que ha caducado, que ya no nos define.
Esto se puede percibir, y en verdad es, la pérdida de una importante parte de la identidad propia. Genera cierto vacío, lo cual puede acarrear diferentes conductas defensivas, ideas, creencias y emociones asociadas.
¿Qué podemos hacer para mejorar la vida de los jubilados?
En los últimos años y, gracias al desarrollo de ciencias enfocadas en el estudio de la tercera edad como lo es la psicogerontología, se ha tratado de presentar el envejecimiento no como algo fatal y horrible que una vez ha llegado está para quedarse, sino como algo que, en cierta manera, se puede prevenir. Obviamente, no hay forma humana de evitar que los años sigan su curso, pero sí que se puede influir en cómo la persona es influida por ellos, ya sea emocional como cognitivamente.
Estas ciencias no tratan a la jubilación como el simple fin de la vida laboral, sino el inicio de un nuevo período en el que se puede sacar el máximo potencial de la persona jubilada, dado que, ahora, dispone de todo el tiempo del mundo para invertirlo en sí misma. Puede tratar de cumplir sus sueños, hacer aquello que el trabajo le impedía, y disfrutar de un merecido descanso. Cabe indicar que antaño la vejez no era vista como hoy en día. Antiguamente, y debido a que eran pocos quienes llegaban a la tercera edad, el conseguir tener edades avanzadas era algo ampliamente respetado. Las personas ancianas eran vistas como referentes y fuentes de conocimiento y experiencia.
Sin embargo, gracias a los avances de la ciencia y, en especial, de la medicina, en los países desarrollados la esperanza de vida ha incrementado, habiendo muchas más personas que llegan a la vejez. Debido a esto, la presión cultural actual es la de que la vejez es sinónimo de desgaste, de enfermedad y de limitaciones, mientras que la juventud es lo que se promociona como lo deseable y el valor a siempre mantener.
¿Por qué es necesario orientar psicológicamente en la jubilación?
Al acercarse el final de la vida profesional, es conveniente buscar orientación para hacer frente a la jubilación. El objetivo de ello es poder adquirir estrategias para hacer frente a este gran cambio, y poder echarle el máximo partido. Una buena planificación, enfocada a reflexionar sobre lo que se acerca, siempre será provechosa para transformar la gran cantidad de tiempo libre del que se va a disponer en jornadas muy productivas y placenteras.
Lo ideal es que las empresas tengan protocolos en los que se contemple cómo ayudar a los trabajadores más veteranos a gestionar su propia jubilación, abordando tanto aspectos económicos como ocio y relaciones sociales. Debe haber un interés por saber el estado de quienes van a jubilarse, para asegurarse de que van a poder hacer frente a la nueva situación con el mejor estado de salud mental posible.
La incertidumbre que supone la jubilación es algo realmente terrorífico, e inicia toda una serie de preocupaciones relacionadas con ella: estabilidad económica, problemas de salud, ritmo de vida, pérdida de amistades, pérdida de identidad…
Las personas que planifican su propia jubilación tienen un mayor ajuste al llegar este período, es decir, sienten mayor satisfacción y llevan una vida más plena que aquellas que no le han dedicado el suficiente tiempo para organizar este período.
Dada la importancia de la jubilación como período vital, es de fundamental importancia que se desarrollen una serie de estrategias para facilitar la adaptación de la persona al nuevo cambio. La figura del psicólogo orientador se puede volver crucial ante este tipo de situaciones.
Durante la orientación se planifica cómo se va a abordar el tiempo libre y otros aspectos propios de la jubilación. Es fundamental mirar hacia atrás en la vida de la persona, comprender y enumerar sus vivencias personales, conocimientos y experiencias, además de el significado que ella le otorgaba al rol que realizaba en la organización. Con esto se pretende dejar de ver a la jubilación como algo inevitablemente negativo y verlo como el momento idóneo para desarrollar el potencial personal de cada uno.
Durante las sesiones con el psicólogo orientador, ya sea de forma individual o en grupos, se abordan temas: miedos a la jubilación, incertidumbres y la percepción de posible pérdida, además de plantear actividades e intereses que puedan rellenar el tiempo libre y el vacío que deja finalizar un trabajo.
Es de gran importancia que en estas sesiones se ofrezca toda la información necesaria para con la persona interesada, promover una reflexión profunda sobre lo que va a ser su nueva vida cotidiana además de ayudarle a romper creencias y mitos que se tienen sobre este período vital.
Estrategias de análisis para la jubilación
Varias son las estrategias que permite prepararse de cara a la jubilación y, también, sacarle el máximo partido, transformándola en los auténticos años dorados de la persona.
1. Hacer una lista
Poner en ella lugares que resulten placenteros, además de personas que puedan suponer un gran apoyo durante el proceso y actividades y aficiones que satisfagan a la persona.
2. Análisis DAFO
En este análisis se evalúan las amenazas, oportunidades, debilidades y fortalezas que supone este nuevo período. Además, permite establecer objetivos realistas.
Esta herramienta es muy utilizada en el campo de las organizaciones, pero se puede utilizar en el ámbito personal y enfocarlo para satisfacer objetivos vitales.
3. Mantener el contacto con los demás
Pudiera parecer algo obvio, sin embargo hay muchas personas que, en el momento de jubilarse o incluso antes, pasan por un breve período en el que se aíslan. El problema es que algo que en un principio iba a ser corto se puede estirar, y darse una situación de aislamiento.
Son muchos los mayores que viven solos y que hace tiempo que no salen de sus casas, lo cual afecta gravemente a su salud mental. Es por ello que, al llegar la jubilación, se deben cultivar las amistades.
Esto, además de evitar desconectarse del mundo exterior, ayudará en la autoestima de la persona, dado que, a pesar de ya no trabajar, habrá gente que le tendrá estima y le importará.
Una red de amistades saludable se ha relacionado con menor cantidad de problemas de salud tanto física como psicológica.
4. Buscar nuevos conocimientos
Talleres de informática para mayores, cursos de idiomas, corales de barrio… son muchas las actividades destinadas para gente mayor y que se han popularizado en los últimos años.
En estos cursillos no únicamente se aprende de forma dinámica y uno se recicla, también permiten abrirse de mente al conocer a gente nueva.
Referencias bibliográficas:
- Albarracín D. y Goldestein E. (1994). Redes de apoyo social y envejecimiento humano". En J. Buendía. Envejecimiento y Psicología de la Salud. Madrid. Siglo XXI. 373-398
- Aranguren J. L. (1992). La vejez como autorrealización personal y social. Madrid. Ministerio de Asuntos Sociales
- Buendía J. (1994). Envejecimiento y Psicología de la Salud. Madrid. Siglo XXI
- García, A. J. & Garcés de los Fayos-Ruiz, E.J. (2000) La preparación para la jubilación: revisión de los factores psicológicos y sociales que inciden en un mejor ajuste emocional al final del desempeño laboral. Anales de psicología, 16 (1), 87–99