Hoy es un día especial, el gran momento de conquistar ese gran proyecto por el que tanto has trabajado. Te levantas con gran emoción y, aunque con nervios, sabes que vas a lograrlo.
De repente, al servirte el café te lo tiras encima. Al tratar de limpiar tu ropa te agachas y te das un golpe en la cabeza contra el mueble de la cocina, lo que da lugar a un gran chichón. Debes subir a cambiar tu ropa y a curar el golpe. Para cuando terminas ya es muy tarde. No hay forma de llegar a tiempo, has perdido la gran oportunidad. ¿Mala suerte? ¿Casualidad?
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¿En qué consiste el autosabotaje?
El autosabotaje es una conducta consciente o inconsciente que nos aleja del éxito y la felicidad en nuestra vida. Puede presentarse en forma de nervios paralizantes o bien con conductas que nos desvían del objetivo que tenemos de manera sutil, que pareciera mala suerte o una fuerza invisible que no nos deja avanzar.
Si has experimentado esta situación y quieres cambiarla, puedes empezar por ser compasivo contigo mismo. Ser compasivo es muy diferente a sentir lástima. Ser compasivo es reconocer que estás en una situación determinada y que puedes optar por darte la oportunidad de vivir un proceso para aprender y salir de ella. La sugerencia es ser amable contigo misme y tenerte paciencia para encontrar la solución.
Uno de los factores que hace al autosabotaje difícil de superar es que se aloja en nuestras creencias. Nuestras experiencias conforman una percepción del mundo, la cual aprovecha el autosabotaje para justificar su actuar.
Un ejemplo
Imagina que te inscribes en un curso de oratoria. Al llegar a tu primera clase te encuentras con compañeros que ya han tenido cierto entrenamiento. Si bien no son expertos, tienen suficientes bases para hablar con fluidez.
A ti te impone el pódium y más aún el micrófono. Cuando finalmente subes, te trabas, balbuceas y esto te pone aún más nerviose por lo que no logras terminar. Un pensamiento objetivo debería decirte “es lógico que me haya pasado esto, es la primera vez que lo hago y este es un grupo nuevo de personas”. Lejos de pensar así, te bajas avergonzade.
Aprovechando la situación, tu autosaboteador ha tomado nota y creado una historia que será su arma letal: el tema principal es el ridículo superlativo que acabas de hacer. Decora el drama enfatizando las pocas oportunidades que tienes y en el poco criterio que tuviste para exponerte a algo así de extremo.
Como puedes ver, tu saboteador no es generoso ni cariñoso. Al contario, es despiadado y cruel y todo lo basa en la exageración. ¿Qué sucede? Decides no regresar al curso y adoptas la creencia de que no sabes hablar en público y que jamás podrás hacerlo bien.
Es así como el autosabotaje se va anidando en cada una de nuestras creencias. Por eso, tratar de impulsar nuestra vida hacia el éxito se vuelve retador. Con el tiempo se va creando un patrón que va desmotivando las posibilidades de intentar cosas nuevas y brincar hacia el éxito que estamos buscando. Empezamos a gravitar alrededor del desmerecimiento.
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¿Cuáles son las causas?
Algunas de las razones por las que una persona recurre al autosabotaje son:
- Una infancia difícil al crecer en una familia disfuncional y donde se careció de un apego seguro.
- Una baja autoestima que nos hace sentir vulnerables, devalúa nuestro autoconcepto y utiliza excusas para confirmar creencias negativas sobre nuestra persona.
- El miedo al compromiso que puede ser causado por situaciones dolorosas en la infancia o bien por la creencia de que no somos merecedores de bienestar a largo plazo.
- El temor a ser lastimados genera una coraza que nos motiva a desistir antes de intentar nuevas actividades.
¿Cuáles son las formas más comunes de autosabotaje?
Es común pensar que el sabotaje es ajeno a nosotros, pero seguramente estas tres formas en que se presenta pueden resultarte familiares.
1. Postergación
Tiene su origen en el temor a decepcionar a otros, a fracasar o irónicamente a triunfar. Por esta razón se posponen una y otra vez la entrega de resultados y se prefiere dejar el éxito para después.
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2. El perfeccionismo
Es una práctica para revisar una y otra vez un mismo proyecto. De esta manera se torna en una tarea interminable que siempre estará en un ciclo de mejora continua sin final. Al paso del tiempo esta condición deriva en un sentimiento de vergüenza y depresión al sentir que se decepcionó a quienes confiaron en nuestra capacidad.
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3. Ingesta de sustancias
Los sentimientos adversos del autosabotaje invitan a las personas a consumir alcohol, drogas o medicamentos que momentáneamente les dan un falso sentimiento de bienestar.
¿Qué se puede hacer entonces?
Ten en cuenta estas pautas.
1. Identificar si nuestro autosabotaje es consciente o inconsciente.
Esto lo logras escuchando tus pensamientos. ¿Qué te dices a ti misme? También a través de un análisis de tus creencias. Cuando te involucras en una nueva actividad, ¿cómo te percibes a ti misme? ¿Qué piensas de tus errores o de fallar en el proceso? ¿Cómo percibes el fracaso?
2. Un proceso más complicado de identificar es el miedo a la felicidad
Este punto abarca muchos factores conscientes e inconscientes, por lo que en ocasiones es aconsejable el apoyo de un terapeuta. Con su apoyo encontrarás el camino de superación para detonar las condiciones e impulsar tu vida al éxito. El autosabotaje de tu felicidad puede ser consecuencia de una pérdida significativa, dolor profundo o inclusive alguna experiencia traumática. Tratar cualquiera de estas causas hará una diferencia importante en tu vida.
3. Analizar si vivimos elementos como el aburrimiento o nos encontramos sumergidos en relaciones tóxicas
Ambos pueden ser síntomas de sabotaje que buscan estimular un sentimiento de adormecimiento para anestesiar el dolor y distraer la atención del malestar.
4. Identificar patrones en tu vida
A través de descubrir conductas repetitivas que detienen tu crecimiento puedes definir un programa de superación personal.
5. Establecer metas realistas
Estas deben ser metas que te permitan ver a dónde quieres llegar y ser realista en los pasos a dar para llegar a esa gran meta. La paciencia y la objetividad son clave para reconocer que estás avanzando hacia allá pero que lograrlo toma tiempo, esfuerzo y probablemente cometer errores y volver a intentarlo.
A modo de conclusión
Sé compasive contigo misme. Todes podemos estar parades en un terreno de sabotaje.
Para identificar dónde te encuentras hay una pregunta poderosa que puedes hacerte. ¿Qué me está impidiendo tomar acción para hacer mis sueños realidad? Sé honeste respondiendo esta pregunta y encontrarás las causas raíz.
Tú tienes el poder de elección para avanzar en tu vida. Adopta la determinación y la autoaceptación como los mejores antídotos contra el autosabotaje. A final de cuentas ya estás en el gran y preciado viaje de la vida. ¿No es mejor disfrutarlo y llegar lejos?