Desde hace algunos años, el público en general hemos empezado a escuchar una palabra que puede resultarnos muy novedosa y, al mismo tiempo, extremadamente útil para nuestra vida: la resiliencia. Este concepto se ha colado en nuestras vidas y, realmente, ha llegado para cambiarlas, ofreciéndonos una alternativa para la gestión de nuestras emociones y, en definitiva, para que logremos un equilibrio en nuestra vida que valore los momentos positivos y nos ayude a aprender de los momentos negativos sin frustrarnos.
Estamos seguros de que muchas personas quieren saber qué significa la palabra resiliencia, así como aprender todo sobre cómo ser más resilientes en nuestro día a día o qué prácticas tendremos que llevar a cabo para incorporar esta forma de vida a nuestras rutinas. Por todo esto, queremos dedicar este artículo de unCOMO a hablarte sobre qué es la resiliencia y cómo puedes incorporarla a tu vida, pues sabemos que son temas de gran utilidad para muchos de nuestros lectores. Esperamos abrirte un nuevo camino por el que puedas encontrar estupendas y sencillas técnicas con las que alcanzar ese equilibrio emocional que todos buscamos.
Qué significa la palabra resiliencia
La palabra resiliencia es un concepto que se utiliza en diferentes ámbitos científicos para referirse a la capacidad de recuperarse y gestionar situaciones límites de manera más práctica. En el ámbito de la psicología, que es el que hoy nos interesa, la resiliencia hace referencia a la disposición humana para sobrellevar ciertos momentos difíciles, volver a la normalidad y adaptarse a aquello que no podamos cambiar.
Se trata de un concepto que se utiliza para catalogar las maneras en las que las personas nos enfrentamos a los problemas, tanto a la hora de obtener resultados como en la forma en la que los obtenemos. En definitiva, podemos resumir la palabra resiliencia como la forma más óptima para alcanzar el equilibrio emocional que todos queremos para nuestras vidas, gestionando adecuadamente nuestras emociones y pudiendo sobreponernos a todo el contexto en el que vivimos cada día.
Cómo podemos incorporar la resiliencia a nuestras vidas
Como ya hemos visto, la resiliencia es un concepto que nos ayuda a mantenernos fuertes y conscientes de todo lo que pasa en nuestra vidas. Sin embargo, para contar con estas actitudes en nuestra vida diaria es muy importante ser consciente de que debemos incorporar ciertas prácticas que nos ayudarán, en conjunto, a ser más resilientes. Puedes empezar simplemente por practicar algunas de las dinámicas que te proponemos a continuación y, más tarde, buscar tus propios medios para ir añadiendo nuevas rutinas que te ayuden a mejorar en cuanto a la gestión de tus emociones.
Reflexiona acerca de tus expectativas
Uno de los puntos más importantes cuando hablamos de resiliencia son las expectativas. A menudo, gran parte de nuestras frustraciones y miedos vienen derivados de las expectativas que creamos en nuestra mente respecto a lo que nos va sucediendo en nuestra vida diaria.
Por eso, es muy importante saber que normalmente, cuando nos dan una buena noticia, nuestras expectativas suelen dispararse, poniéndonos siempre en el mejor lugar posible. Por el contrario, cuando las noticias son malas, nuestras expectativas suelen bajar al suelo, haciéndonos tener pensamientos negativos y llegando a desistir de nuestro empeño.
Para que la resiliencia en nosotros sea efectiva debemos ser conscientes de que debemos moderar nuestras expectativas, sin dejarnos llevar por emociones muy polarizadas, para no tener que gestionar después las consecuencias de nuestras ideas preconcebidas.
Trabaja el autoconocimiento
Otro punto interesante en el que se centra la resiliencia es el autoconocimiento. Mediante las técnicas para conocernos mejor a nosotros mismos, podemos profundizar en aquellas fortalezas y debilidades que tiene nuestra personalidad, analizando cómo nos afectan y en qué momentos pueden ser de ayuda o nos pueden entorpecer.
A través del autoconocimiento podemos tener una mejor imagen de nosotros mismos, así como adecuar nuestras emociones y trabajar a fondo nuestra autoestima.
Identifica tus emociones
Aprender a identificar nuestras propias emociones es, quizás, una de las técnicas más difíciles de aplicar, ya que debemos concentrarnos en qué estamos sintiendo, sobre todo, en aquellas ocasiones en las que no estemos lo suficientemente equilibrados.
Poder tomar distancia, por ejemplo, cuando estamos muy enfadados, nos puede ayudar directamente, ya que podremos identificar exactamente cómo nos sentimos, qué lo ha provocado y qué podemos hacer para no sentirnos así. Sin duda, una parte indispensable en el trabajo de resiliencia.
Sé más empático con tu alrededor
Finalmente, la última de las prácticas resilientes que os queremos recomendar en el día de hoy es la de practicar la empatía. A través de la escucha activa a nosotros mismos y a las personas que nos rodean, podemos llegar a ser mucho más empáticos, comprendiendo, no solo nuestras propias emociones, si no también las de los demás.
Ser empático puede ayudarnos muchísimo en nuestro camino a la resiliencia, ya que nos permitirá ponernos en los zapatos de otra persona, reflexionar acerca de sus emociones y poder responder de una manera positiva y constructiva. Esto, sin ninguna duda, nos permitirá sentirnos más cómodos con nosotros mismos y proyectar la misma imagen positiva que queremos que los demás proyecten en nosotros.
Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.