El bienestar emocional es un aspecto de la mente humana que se puede ver alterado o directamente interrumpido de maneras muy diversas: ante una crisis laboral, ante la muerte de un ser querido, tras una ruptura de pareja…
Sin embargo, del mismo modo en el que la vida puede hacer que nuestro estado de ánimo dé un vuelco, nosotros también podemos influir en nuestras emociones según el modo en el que interactuemos con las situaciones que nos plantea la vida. De hecho, ese es uno de los principios fundamentales en los que se basa la psicoterapia.
En este artículo haremos un repaso por varias actividades y actitudes generales que hacen más fácil mantener un buen nivel de bienestar emocional.
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10 hábitos y acciones cotidianas que potencian el bienestar emocional
El hecho de llevar a cabo estas acciones no garantiza que nos vayamos a sentir bien inmediatamente o a medio plazo, pero sí que nos predispone a ser capaces de mantener un buen equilibrio emocional y de superar las crisis vitales que puedan salir a nuestro paso.
Como siempre ocurre en estos casos, hay que tener en cuenta que la mejor manera de trabajar en el propio bienestar emocional es ir a psicoterapia para obtener un trato individualizado por parte de profesionales de la salud mental, pero más allá de la consulta del psicólogo, estas estrategias harán que tengas mayores posibilidades de sentirte bien.
1. Establece un horario de sueño consistente
Tener muy claro cuándo llega el momento de irte a dormir y hacer que este sea similar durante todos los días de la semana ayuda a disfrutar de un sueño más reparador y de no caer en la tentación de quedarnos despiertos hasta muy tarde, alterando nuestros ritmos circadianos.
No hay que olvidar que dormir mal implica tener mayores dificultades para concentrarnos, ser más irritables, y desarrollar una mayor vulnerabilidad al estrés.
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2. Aplica a tu día a día “rituales” de inicio de tareas
En este caso no estamos hablando de realizar actividades con símbolos ni de carácter religioso; simplemente, acostúmbrate a ligar determinados momentos del día con la realización de una acción asociada al inicio de una tarea.
Por ejemplo: “cuando termine de desayunar a las 9 de la mañana, me sentaré en mi escritorio y realizaré las primeras llamadas a clientes del día”. De este modo te protegerás contra la procrastinación, que es una gran generadora de ansiedad y de culpa.
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3. Establece una línea divisoria entre trabajo y vida privada
Esto es muy importante tanto para rendir bien como para disfrutar verdaderamente de tus horas de ocio y de conciliación familiar. Para ello, por ejemplo, no uses tu número de teléfono de siempre para el trabajo, ni te acostumbres a quedarte trabajando hasta tarde.
4. Haz que las vacaciones cuenten
En la misma línea del consejo anterior, es importante que no infravalores el poder que unas buenas vacaciones tienen para ayudarte a mantener el bienestar emocional.
No solo te ayudarán a rendir más a la vuelta al trabajo, sino que protegerán tu salud mental si verdaderamente desconectas de tu faceta profesional. Ni siquiera es necesario que viajes siempre; es suficiente con dedicarte a lo que te gusta siempre que no esté ligado a tu día a día en el contexto laboral y, a poder ser, sin exponerte a los espacios que usas al trabajar de manera remunerada.
5. Involúcrate en proyectos con metas a medio o largo plazo
Mantener metas significativas para ti que puedas alcanzar en cuestión de meses o incluso de años es muy importante tanto para reforzar tu autoestima como para estructurar tu vida. De este modo, dotarás a tu día a día de un sentido de progreso, de acumulación de logros. Eso sí, es importante que esta clase de proyectos no se limite a la acumulación de dinero: la actividad en sí debe ser lo que te motive.
6. Cuídate
Cuida de tu condición física a través de una dieta sana y de ejercicio regular. Un cuerpo sano en la medida de lo posible es indispensable para tener una buena capacidad de gestión de las emociones.
7. Ofrece tu ayuda y pídela cuando lo necesites
El bienestar emocional no es algo que pueda ser obtenido de manera totalmente individual; necesitamos de la participación de los demás en nuestras vidas. Por eso, asegúrate de contar con una red social de apoyo participando e involucrándote en ella.
8. Lleva un diario personal
Ir rellenando con frecuencia un diario personal te ayudará a potenciar tu auto-conocimiento y, en consecuencia, a detectar esos hábitos y esas maneras de pensar que te habían ido conduciendo al auto-sabotaje sin que te dieses cuenta.
9. Come solo si tienes hambre
Muchas personas se acostumbran a intentar regular las emociones dándose atracones de comida sin tener hambre: picoteos entre horas, tendencia a beber solo refrescos azucarados para distraerse con su sabor, etc. Detecta estos hábitos y ponles freno.
10. Usa técnicas de relajación en los momentos de alto estrés
Lo bueno de las técnicas de relajación es que varias de ellas son muy sencillas y pueden ser usadas casi en cualquier contexto en el que dispongamos de un espacio tranquilo y que nos ofrezca algo de intimidad. Puedes probar con ejercicios de respiración diafragmática controlada, o con la relajación muscular progresiva de Jacobson, por ejemplo.
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