¿Cuántas veces hemos escuchado decir que comer más de un huevo al día es malo para nuestra salud? Existe mucha preocupación entre los consumidores respecto de algunas informaciones alarmistas acerca de este alimento. Desde hace ya varias décadas que la frecuencia con la que es bueno comer huevos resulta ser un dilema controvertido.
Existen algunos mitos acerca de las supuestas propiedades dañinas que contienen los huevos de gallina o de corral, especialmente en su principal composición que es la yema, de color amarillo y que ha sido motivo de muchas leyendas negras heredadas de padres y abuelos. “Si comes tanto huevo, se te volverá la piel de color amarilla”, nos decían nuestros adultos para asustarnos.
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Las propiedades del huevo
Para poder determinar con qué frecuencia es recomendable el consumo de huevos, es necesario identificar las propiedades y composición del alimento. Sorprendente será el primer dato que exponemos: el 80% del huevo es agua, y cada uno aporta unas 150 kilocalorías. Es decir, un huevo supone el mismo valor alimenticio que un plátano. A simple vista no parece tan perjudicial, ¿verdad?
Otro dato a tener muy en cuenta es la nula aportación de azúcares por parte del huevo, todo lo contrario de las frutas, cereales o lácteos que consumimos para la comida más importante del día, que es el desayuno. Así pues, se evita la posible aparición de problemas diabéticos. Tendiendo en cuenta únicamente estos dos datos, parece que el mito alarmista sobre el huevo empieza a desmoronarse.
El contenido de grasas de este alimento es especialmente interesante. Por cada huevo se ingieren no más de 6 o 7 gramos de grasa, cifras muy inferiores a la mantequilla u otras grasas animales que también consumimos con bastante frecuencia. Más que el huevo, de hecho.
Finalmente, las otras propiedades que contiene el huevo lo hacen un alimento altamente saludable. Por un lado, cada huevo contiene unos 6 u 8 gramos de albúmina, concentrada en la clara y corresponde a las proteínas. Las vitaminas A (retinol básicamente) y B corresponden al potasio, zinc, magnesio o tiamina, lo cual lo hace muy recomendable especialmente para deportistas de intenso rendimiento.
¿Es sano comer huevos con frecuencia?
A estas alturas del artículo, son ya pocas las dudas sobre la idoneidad de consumir huevos de manera frecuente. Da igual si lo usamos como condimento durante el desayuno y durante la merienda en un mismo día, siempre y cuando no se abuse de la cantidad recomendable, como con cualquier alimento.
Una de las razones por las cuales hay que desmitificar la “mala prensa” que tiene el huevo es porque no se pone la lupa encima de los ingredientes que realmente son excepcionalmente perjudiciales para la salud: el azúcar. Es este el último responsable de la mayoría de enfermedades y complicaciones de salud que padecen los seres humanos hoy en día, ya que lo consumimos a diario y casi sin darnos cuenta.
Y es que precisamente resulta recomendable consumir huevos de manera periódica a raíz de los beneficios que conlleva casi en la totalidad de nuestro organismo: nos suministra proteínas, evita las infecciones oculares, las cataratas o el desgaste de retina; mejora la circulación sanguínea (reduce la insulina), aportan fibra vegetal, elimina el colesterol plasmático y es sumamente necesaria para nuestra flora intestinal.
Algunas recomendaciones
Teniendo en cuenta todos los beneficios que produce para el cuerpo humano comer huevos, veremos algunas de las recomendaciones más saludables para perder peso mediante la dieta de este alimento. Los expertos dietéticos aseguran que se pueden perder hasta 15 kilogramos en poco más de tres meses.
La manera más eficaz para poder perder peso, según un estudio realizado en 2016 por la Universidad de Louisiana (EE.UU.), es la conocida como “la dieta del huevo duro”. Esta consiste en ingerir la cantidad de dos huevos cocidos por la mañana, complementado con el desayuno, y dos huevos cocidos para la cena, variando los suplementos en función de cada individuo.
Con esta sencilla pero potente receta, las personas con problemas de sobrepeso pueden encontrar una rápida solución aplicando este tipo de dieta. Igualmente, no hay que caer en la “autoreceta”, y se aconseja altamente que se acuda a consultar a un profesional en la materia. Pues no todos tenemos el mismo nivel de colesterol ni nuestro organismo responde igual ante determinadas dietas generalistas.
Referencias bibliográficas:
- Brothwell, Don R.; Patricia Brothwell (1997). Food in Antiquity: A Survey of the Diet of Early Peoples. Johns Hopkins University Press. pp. 54–55.
- Coorey R, Novinda A, Williams H, Jayasena V (2015). "Omega-3 fatty acid profile of eggs from laying hens fed diets supplemented with chia, fish oil, and flaxseed". J Food Sci. 80 (1): S180–7.