YouTube es la gran plataforma de para compartir vídeos, y eso significa que también es una herramienta útil para aprender. En esta plataforma se pueden subir tanto clases teóricas amenizadas con animaciones como audio-ensayos, reflexiones y hasta piezas documentales de divulgación.
Pero... ¿se puede aprender también una modalidad deportiva? El keniata Julius Yego es la prueba viviente de que la respuesta a esta pregunta es sí, porque iniciándose a partir de un tutorial de YouTube ha conseguido una medalla olímpica en la última edición de los Juegos Olímpicos.
La historia de Julius Yego
Gran parte de los países más pobres de África exportan atletas especializados en la carrera entre otras cosas porque las condiciones para empezar a entrenar en este deporte no son caras. Los deportistas de élite pueden disponer de centros de entrenamiento especializados, la atención de entrenadores personales y un plan de seguimiento que incluye nutrición y ejercicios, pero los primeros meses consisten en encontrar unos minutos al día para correr. Julius Yego intentó labrarse un porvenir corriendo los 100 metros lisos en los momentos en los que no tenía que estar ayudando a sus padres en la granja, pero al ver que no obtenía los resultados esperados, optó por la jabalina.
El lanzamiento de jabalina es un deporte que requiere una mayor inversión de dinero, pero Julius resolvió este inconveniente fabricándose su propio material. En ese punto pudo empezar a desarrollar las competencias básicas para lanzar la jabalina, aunque su falta de recursos le supuso un grave inconveniente: no encontraba un entrenador que le ayudase.
Iniciándose con la ayuda de YouTube
Como no podía encontrar ayuda en su país de origen, Julius recurrió a ese espacio en el que las fronteras físicas desaparecen: Internet. Si quería convertirse en el próximo Andreas Thorkildsen debía aprender por su propia cuenta estrategias y métodos para mejorar en la disciplina del lanzamiento de jabalina, sin depender de alguien en concreto.
Y así fue como llegó a YouTube, el lugar en el que podía ver una y otra vez los lanzamientos de Thorkildsen. Los vídeos de este atleta se transformaron, sin que este lo supiera, en un tutorial que estaba utilizando alguien en unas condiciones muy malas para entrenar. El ejemplo de Andreas Thorkildsen tuvo un impacto tan fuerte en la vida de Julius que sus vídeos se transformaron en una especie de centro de alto rendimiento virtual.
El progreso de Julius
Transformando en hábito el aprendizaje a partir de los vídeos, Julius llegó a ganar su primer título nacional unos pocos meses después de empezar; pero no había mucha competencia, ya que el lanzamiento de jabalina no era popular en Kenia. El verdadero reto llegó en los Juegos Olímpicos de 2012, en los que Julius fue el primer representante de su país en presentarse en esta modalidad deportiva. En ese año, gracias a su esfuerzo consiguió quedar entre los dos mejores lanzadores del mundo; un anticipo de lo que estaba por venir y de su prometedora carrera.
En el año 205, Julius Yego consiguió un título de campeón del mundo, lanzando la jabalina a 92,72 metros y creando la tercera marca de la historia, siendo el récord mundial de 98,48. En los recientes Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, consiguió la plata.
El potencial del auto-aprendizaje
La historia de Julius Yego da una muestra de las posibilidades que pueden surgir de la combinación de esfuerzo y la utilización de las nuevas tecnologías al alcance de casi todo el mundo. Saber administrar las segundas y promover las primeras puede ser la clave para hacer que la vida de muchas personas queden vertebradas por proyectos importantes y significativos para ellas, siempre que se pueda contar con los medios y con los referentes cuyo ejemplo se puede seguir.