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Automotivación: qué es y cómo potenciarla

La falta de motivación puede causar pereza, culpa y sentimientos depresivos. Por el contrario, estar motivado puede darnos un sentido de propósito y bienestar.

Es común intentar luchar para mantener el impulso de la motivación en distintos aspectos cotidianos del trabajo y la vida personal. Muchas personas relacionan la motivación con la fuerza de voluntad y piensan que el desarrollo de esta es esencial para la realización de ciertas tareas. Sin embargo, la fuerza de voluntad tiene un límite.

¿En qué meta te estás enfocando en este momento? Ya sea profesional o personal, antes de perseguir cualquier objetivo, debemos considerar lo que nos está impidiendo alcanzarlo.

Al interrogarnos sobre porque somos incapaces de conseguir ciertas cosas que nos proponemos, podemos comenzar a dar razones externas como primeras respuestas: no tener el tiempo, no contar con las habilidades necesarias o no tener dinero son algunas de las excusas más repetidas.

Pero, en última instancia, es la falta de motivación lo que nos impide progresar. Sin embargo, la motivación puede trabajarse y conseguirse utilizando las técnicas y recursos adecuados. Cuando contamos con ambos, podemos lograr lo que queramos, siempre y cuando tengamos el verdadero deseo de hacerlo. Además, mantenernos motivados puede ayudarnos en distintos aspectos de la vida cotidiana.

En este artículo, analizamos qué significa mantenerse motivado y veremos distintas técnicas de automotivación que pueden ayudarnos a conseguirlo.

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¿Qué es la automotivación?

Cada aspecto de la vida contiene alguna forma de motivación o automotivación. Por ejemplo, comer está motivado por el hambre y obtener conocimiento está motivado por el deseo de educarse. La motivación es la fuerza impulsora detrás de las acciones orientadas a objetivos; ayuda a las personas a lograr cosas como perder peso u obtener un ascenso en el trabajo.

En pocas palabras, la motivación es la razón por la que alguien hace algo. Se refiere a las razones emocionales, sociales, mentales y físicas detrás de las acciones de una persona. Existen dos tipos principales de motivación: intrínseca y extrínseca.

El reconocimiento de los demás, los trofeos, el dinero y otras recompensas externas son formas de motivación extrínseca. Este término se refiere a la motivación que viene de fuera del individuo. Al contrario, resolver un acertijo complicado es una motivación intrínseca porque proviene del interior del individuo. La recompensa que obtenemos proviene de nuestro interior: es el puro placer de resolverlo.

Algunos expertos sugieren la existencia de un tercer tipo de motivación: la motivación familiar. Alguien puede ir a trabajar impulsado por este tipo de motivación: la persona no sé siente impulsada internamente a hacerlo y tampoco recibe una recompensa personal, en este caso, la motivación es brindar apoyo económico a su familia.

La automotivación, elemento clave en la Inteligencia Emocional, se relaciona con la motivación intrínseca. No necesita la influencia de fuentes externas: se refiere a la capacidad de completar tareas sin necesidad de otros o situaciones específicas. Las personas automotivadas se animan a sí mismas a seguir trabajando para lograr sus objetivos, incluso cuando se enfrentan a tareas complicadas. Convierten los problemas en desafíos que se sienten motivados a resolver. Darse razones para actuar a través del impulso, el entusiasmo y el interés provoca la automotivación.

Pensemos en las personas exitosas que conocemos, estas no tienen por qué ser las más ricas o las más inteligentes. Las personas más exitosas suelen estar extremadamente motivadas por el deseo de lograr sus objetivos. Además, un rasgo común entre todas las personas exitosas es que sus ganas superan a sus miedos. Al tener suficientes ganas de conseguir lo que quieren, son capaces de automotivarse, establecer metas fácilmente y concentrarse en alcanzarlas.

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¿Por qué la automotivación es esencial?

Hay muchas formas de motivarse: fuentes externas como maestros, jefes o padres. Sin embargo, la única forma segura de conseguir lo que realmente queremos es adquirir la capacidad de motivarnos. Esto significa cultivar una profunda confianza en nosotros mismos y nuestras capacidades y decisiones que no cambian en función de experiencias o eventos externos. Si contamos con una alta capacidad de automotivación es más fácil superar los obstáculos que vayamos encontrando en el camino.

El término automotivación se usa con frecuencia en el ámbito laboral. Durante las entrevistas de trabajo, a menudo se pregunta a los candidatos sobre su motivación. Esta pregunta se hace para determinar si un candidato encaja en la cultura de la empresa y si está entusiasmado respecto al futuro trabajo que va a realizar. A veces, esta tiene más peso que las capacidades o el currículum a la hora de decidirse por una persona u otra para ocupar el puesto.

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¿Cómo conseguir más automotivación?

Tal y como hemos visto, la automotivación es muy importante. Pero, ¿se puede conseguir más motivación? Para automotivarse, se necesita una comprensión clara de lo que se quiere. Esto se deriva de nuestra propia psicología y deseos, por lo que muchas personas no encuentran motivación. Por ejemplo, en el caso de las relaciones románticas: podemos preguntarnos por qué queremos mejorar la conexión con nuestra pareja. Pensar en el motivo y tener una respuesta puede ayudarnos cuando las cosas se pongan difíciles y necesites un estímulo adicional para salir adelante, es decir, cuando necesitemos automotivarnos.

Además de pensar en el motivo de las cosas y en el por qué hacemos lo qué hacemos, también debemos considerar el significado y la emoción que le asignamos a los éxitos y fracasos. Si cuando nos enfrentamos a un contratiempo, nos decimos a nosotros mismos que no somos lo suficientemente buenos o no merecemos el éxito, es necesario revisar nuestra psicología. Esto implica cambiar nuestra actitud para motivarnos en lugar de desmotivarse frente a los desafíos que la vida nos presenta. Esto significa que si, por ejemplo, suspendemos un examen, nos enfrentaremos a la recuperación con más ganas, movidos por nuestra capacidad de automotivación.

En última instancia, debemos saber en qué consiste la automotivación para ser capaces de motivarnos. Es importante considerar en qué estado positivo deseamos estar a la hora de enfrentarnos a retos o completar tareas: imaginar el lenguaje corporal, los niveles de energía y cómo nos hace sentir la motivación. Si somos capaces de asociar este estado positivo a la automotivación, podremos inducirlo con más frecuencia y de forma más fácil.

Técnicas para fomentar la automotivación

La psicología de la motivación humana está llena de hechos sorprendentes que desconocemos. Los incentivos y el modelo de “palo y zanahoria” pueden ser una forma útil para lograr el comportamiento deseado. Sin embargo, la investigación sugiere que otros factores, como el deseo de lograr algo, pueden ser aún más motivadores.

Estas son algunas de las estrategias útiles que pueden ayudarnos a descubrir cómo motivarnos a nosotros mismos y los demás.

1. Asumir la responsabilidad de nuestra vida

La automotivación es compleja porque proviene de nosotros mismos. Para automotivarse de manera efectiva, primero debemos reconocer los problemas subyacentes e internos que la obstaculizan. Si no lo hacemos, culparemos a los demás por nuestra falta de progreso, pero tampoco avanzaremos. Es normal contar con la ayuda de amigos y fuentes externas para motivarnos. Sin embargo, en última instancia, depende de nosotros mismos trabajar y tomar el control de nuestra vida.

2. Encontrar nuestro por qué

Es necesario contar con un “por qué” antes de poder motivarnos, tener una idea de por qué hacemos lo que hacemos nos da un sentido de propósito. Esto significa tener metas que van más allá del éxito profesional o los deseos materiales. Debemos buscar motivos inspiradores y poderosos si queremos mantenernos motivados. El éxito, en última instancia, es hacer lo que queremos, cuando queremos y con quien queremos. Al conectar nuestros objetivos con nuestro propósito, nunca nos faltará la motivación para lograr el éxito personal.

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3. Pasar de las obligaciones a las decisiones

Muchos pensamientos comienzan con la frase “Tengo que...” todos tenemos rutinas, costumbres o incluso reglas autoimpuestas en nuestra vida que no son realmente decisiones personales. Es importante ir reevaluando nuestro proyecto de vida, no estancarnos e ir creando nuevas metas que nos permitan progresar. No cambiar e instalarse en costumbres y rutinas que no nos satisfacen es el camino para acabar sintiéndonos desmotivados e insatisfechos.

4. Ser fieles a nuestros propios valores

Cuando hablamos de valores, nos referimos a las convicciones intrínsecas que determinan nuestra forma de comportarnos y afrontar la vida. Estas tienen que ser únicas y provenir de uno mismo, nadie puede imponernos unos valores determinados. Es por esto que son tan poderosos, si actuamos de una forma de la que nos podemos sentir orgullosos, nos sentiremos motivados y empoderados a la hora de actuar y avanzar en pos de nuestras metas y objetivos.

5. Entender los errores como parte del aprendizaje

Luchar constantemente por alcanzar la perfección es la forma más segura de fracasar. En cambio, entender los errores como parte necesaria del proceso de aprendizaje y mantener una actitud positiva frente a ellos, nos pone en el camino correcto para el éxito. Tan pronto entendamos y seamos capaces de entender nuestras imperfecciones, empezaremos a mejorar de manera significativa.

6. Mantener una actitud vital positiva

Es difícil aprender a automotivarse cuando estamos atrapados en una espiral negativa o en la queja constante. Si queremos conseguir motivarnos debemos concentrarnos en la gratitud y mantener una mentalidad de abundancia. Es importante, agradecer las cosas buenas que tenemos en nuestra vida en vez de centrarnos en lo que nos falta. Cuanto más nos concentremos en lo bueno y cultivemos una mentalidad positiva, más fácil será mantenernos motivados. Esto no significa interpretar los hechos negativos como positivos o cultivar la paz interior sin pasar a la acción, más bien se trata de trabajar nuestra capacidad de resiliencia y enfrentarnos a la vida con ganas.

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7. Utilizar la música

Seguramente más de una vez te has sentido con más motivación después de escuchar una de tus canciones favoritas. Esto tiene una explicación, nuestro cerebro está programado para responder a la música. Así bien, es una buena idea, si nos sentimos cansados u observamos que nuestros niveles de motivación empiezan a decaer, hacer una pausa y usar el poder de la música para conseguir un impulso extra en nuestro estado de ánimo o energía.

  • Berridge, K.C.; Kringelbach, M.L. (2013). Neuroscience of affect: brain mechanisms of pleasure and displeasure. Current Opinion in Neurobiology, 23(3): pp. 294 - 303.
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