Las relaciones interpersonales son simplemente asociaciones entre personas, pero manejar el estrés de las relaciones interpersonales es cualquier cosa menos simple. Las relaciones interpersonales pueden ser conexiones familiares o una relación romántica. Estas pueden ser relaciones cortas o largas, y pueden no ser necesariamente una relación íntima.
Relaciones Saludables vs. No Saludables
En una relación sana, ninguna persona depende de la otra para definirse a sí misma. Cada persona es libre de crecer y cambiar dentro y fuera de la relación. Ambos miembros de una relación sana pueden estar en desacuerdo o compartir sentimientos sin miedo, confiando en que la otra persona en la relación escuchará y tratará de comprender lo mejor que pueda. Ambas partes en una relación saludable tienen intereses y pasatiempos individuales, y mantienen relaciones con amigos que no son mutuos.
En una relación enfermiza, uno o ambos miembros de la pareja dependen del otro y pueden usar la relación para definirse a sí mismos. La dependencia malsana en una relación cercana puede aumentar el estrés, ya que la pareja que es demasiado dependiente tiene grandes expectativas. Si la relación entre una madre y su hijo es así, el hijo puede sentirse incómodo buscando experiencias adultas normales, como mudarse, casarse o formar una familia.
Límites y asertividad
Las relaciones pueden volverse muy estresantes si cualquiera de las personas siente que no se respetan sus límites. Tal vez un esposo no pueda decir que no a nada de lo que su esposa le sugiera, porque cuando lo hace, ella se lanza a una diatriba a gritos que lo deja enojado y avergonzado. Su respuesta al rechazo de su solicitud es una violación de los límites de su marido.
Los límites también se pueden describir como límites, e incluso las personas tranquilas los tienen. El manejo del estrés en las relaciones interpersonales comienza con la definición de límites y la toma de la decisión de definir el espacio emocional, físico, social y espiritual. Los límites definen dónde termina un miembro de la relación y comienza el otro.
La forma de controlar el estrés en una relación es que ambas partes expresen sus necesidades y deseos de manera asertiva. Esto significa expresar pensamientos y sentimientos claramente, sin insinuaciones. La asertividad no es lo mismo que la agresión. La agresión busca obligar a otros a actuar o no actuar mediante la intimidación, mientras que la asertividad expresa emociones y opiniones con firmeza, pero sin acusaciones ni intimidación.
Terminar relaciones
A veces, una relación se vuelve tan enfermiza que el estrés involucrado en mantener la relación es mayor que cualquier beneficio derivado de ella. Este puede ser el caso en relaciones donde hay abuso físico, emocional o sexual.
En esta situación, en la que ser asertivo y mantener los límites no mejora la situación, puede ser el momento de cortar o limitar severamente la cantidad de tiempo que pasa con la persona. Terminar una relación es muy estresante, pero a veces puede conducir a una vida más pacífica después. El estrés constante del conflicto o el resentimiento puede tener efectos tangibles en la salud en forma de fatiga, dolores de estómago o dolores de cabeza por tensión.
Es importante no tomar la decisión de terminar una relación a la ligera. Todas las demás alternativas deben considerarse primero, especialmente si la persona en cuestión es un amigo cercano, un pariente o una pareja romántica. La decisión no debe tomarse con ira u odio, sino que debe ser una conclusión que parezca correcta incluso cuando las cosas no se están desmoronando. Es menos probable que una decisión tranquila de separarse de alguien genere sentimientos de arrepentimiento más adelante.
Manejar el estrés de las relaciones interpersonales
Los seres humanos están programados para buscar la interacción social, pero las relaciones deben ser agradables la mayor parte del tiempo. Las relaciones que no lo son, deben evaluarse cuidadosamente para encontrar el problema, de modo que se puedan tomar medidas para corregirlo por el bien de todos los involucrados en la relación. El asesoramiento profesional puede ser útil para identificar y corregir problemas o para decidir poner fin a relaciones poco saludables.