Desde tiempos remotos, todas las civilizaciones han tratado de conservar los alimentos (carnes, huevos, verduras, frutas, etc.) especialmente los excedentes de ciertas temporadas, para consumirlas en períodos de escasez. Pero es a partir del siglo XIX, cuando la conservación pasa del procedimiento empírico al científico. Hoy en día es posible acceder a procedimientos muy seguros de conservación, en este artículo de unComo te explicamos más acerca de los métodos genéricos para la conservación de alimentos.
Conservar alimentos en frío
La congelación permite una conservación casi ilimitada, manteniendo todas las cualidades relativas aspecto, sabor, valor nutritivo y vitaminas de los productos, siempre y cuando se encuentren en perfectas condiciones en el momento de la congelación. La congelación tiene lugar en cámaras frías o depósitos frigoríficos a menos de 40 grados y posteriormente, a menos 18 Cº, hasta el momento de su consumición.
Conservar alimentos por desecación y deshidratación
La desecación consiste en reducir el agua de constitución de las verduras y frutas, con lo que se impide el desarrollo de los microbios que necesitan la humedad para vivir. La evaporación del agua debe llegar al 90% para que la acción de los microbios se paralice.
Esta desecación o deshidratación de los alimentos constituye un sistema de conserva cómodo y práctico. Se consigue mediante calor natural (exposición al sol), artificial (calentar al horno) o mediante la combinación de ambos.
Conservar los alimentos refrigerados
Los alimentos pueden conservarse más o menos tiempo en refrigeradores, que no eliminan los microbios, pero retrasan su desarrollo. Este procedimiento no perjudica su valor alimenticio, que es perfecto en la manteca, los quesos y algunas frutas y verduras, pero las carnes crudas no debe ser superior a 2 o 3 días.
Conservar los alimentos esterilizados
Los alimentos que se deseen conservar deben colocarse en recipientes herméticamente cerrados (botellas y tarros); a continuación se esterilizan en agua hirviendo. Esta esterilización destruye los fermentos que se encuentran en los alimentos, y el cierre hermético impide la aparición de microbios. Puedes ver el paso a paso más detallado en nuestro artículo cómo envasar al vacío en botes de cristal.
Conservar los alimentos cubiertos
Cubrir un cuerpo graso, para las carnes (cerdo, oca, pato, conejo y ciertas verduras), después de una cocción que destruya los fermentos. La grasa en que se envuelven los alimentos forma una capa aislante que los resguarda del aire.