El hacer cosas en nuestra casa está muy de moda no solo para los objetos, sino también en lo relativo a bebidas alcohólicas. Dejando el vino en todas sus variedades aparte, nos podremos centrar en elaborar licores y cremas más asequibles a nuestra maña. Para empezar se puede probar de hacer una buena crema de café casera.
Esta crema es una bebida que se suele tomar después de alguna comida para favorecer la digestión. De sabor dulzón, reúne las cualidades y los aromas del café con unos tonos sabrosos y ligeramente alcohólicos. De paso vamos enseñando las reglas a seguir para hacer una buena crema de café casera.
Necesitarás:Ingredientes
Los ingredientes no tienen ningún misterio: orujo (o algún otro tipo de aguardiente) y café. Por supuesto hay que incluir una buena dosis de azúcar y, para darle el toque mágico, la nota gourmet que demuestre que el licor es casero de verdad. Lo que es importante es que se aromatice la bebida según el gusto de quien la hace.
Cítricos
Esas notas aromáticas se pueden otorgar a través de los cítricos (una baza que nunca falla en combinación con los licores), las especias (cardamomo, canela, etc.) o, si lo nuestro es darle al dulce, no se podrá plantearse otra opción que no sea un poquito de chocolate negro del más alto porcentaje de pureza posible.
Hervir agua
Lo primero que hace falta para hacer una crema de café en casa es ponerse a hervir agua para que luego se pueda diluir el azúcar y, una vez fría la mezcla se sumará al recipiente donde estará el aguardiente listo para el experimento. Es importante que el agua hierva bien para que las sustancias elegidas se mezclen bien entre ellas.
El café y los demás ingredientes
De paso seguirán el café y los ingredientes para darle la esencia que se haya decidido (naranja, canela, chocolate y leche). Luego hay que dar unas vueltas para que se mezcle todo y finalmente tapar el recipiente. Es importante que cierre bien para evitar la evaporación y la pérdida de aroma.
Tiempo de reposo
Hay que mantener el conjunto así durante al menos dos semanas, durante las cuales se hace imprescindible remover o voltear el recipiente cada día con cuidado, para favorecer la fusión de sabores. Pasado este tiempo la crema está listo y sólo queda el paso final.
Servir el licor
Hay que colar la mezcla antes de embotellarla en el recipiente definitivo que ocupará ese puesto de honor en el armario de las bebidas. El último paso es servir la bebida tanto deseada. Se suele servir a una temperatura bastante fresca pero no demasiado fría.