Los tomates son un alimento muy preciado en cualquier cocina. Con ellos podemos hacer multitud de platos, salsas y acompañamientos, para que nuestras comidas sean mucho más sabrosas. Por ello, conservar los tomates de manera adecuada, puede servirnos para evitar que se pudran, además de conseguir que se puedan usar en cualquier momento, sin necesidad de que estos sean frescos. De este modo, para almacenar y preservar los tomates, ya sean maduros, verdes o pasados, existen diversas técnicas. En unComo.com te explicamos cómo conservar tomates de manera fácil, para que preserves su calidad y sabor y puedas cocinarlos en cualquier momento.
Conservar tomates maduros
Antes de conservar los tomates, fíjate bien para escoger los mejores. Evita que tengan manchas, la piel dañada o zonas amarillentas y que su color sea rosado. Para preservar los tomates maduros y frescos, ya sean comprados o cultivados, el mejor truco es guardarlos a temperatura ambiente, alrededor de los 13ºC (55 F). No es recomendable refrigerarlos, puesto que pueden perder su sabor y su textura. De este modo, para aprovechar al máximo la calidad de los tomates maduros, es conveniente consumirlos entre 2 y 5 días después de la compra o cultivo, según el tipo de tomate: cherry, racimos o maduros en planta, entre otros. Para conservarlos, evita que les llegue luz directa del sol y colócalos con el tallo hacia arriba, así evitarás que se reblandezcan. Los tomates a temperaturas superiores a los 20 grados maduran muy rápido.
Conservar tomates verdes
Los tomates verdes, además de tener un aspecto diferente a los maduros, también se conservan de manera distinta. Para preservar su calidad durante mayor tiempo, coloca los tomates con el tallo hacia abajo dentro de una caja de cartón cubierta con periódico. Es recomendable situar la caja en un lugar fresco, aunque no refrigerado, hasta que los tomates se vuelvan rojos y, por ende, maduren.
Otro método para conservar este tipo de tomates es colocarlos, también con el tallo hacia abajo, dentro de una bolsa de papel. Si quieres acelerar su maduración, guarda con ellos una manzana madura. Una vez los tomates verdes sean completamente rojos, puedes conservarlos siguiendo las técnicas de los tomates maduros.
Conservar tomates pasados
Cuando los tomates han perdido su madurez, es el momento de conservarlos mediante el refrigerador. ¿Cómo saber si el tomate está pasado? Es sencillo. Observaremos que su color es muy rojo y que la textura de su carne es más suave de lo normal. Así, a fin de evitar la pérdida de sus factores de calidad y su sabor sea mayor, podemos conservarlos en el frigorífico durante unos 3 o 5 días. Es conveniente colocarlos en una bolsa de papel o plástico, con algunas aberturas, si se quiere disminuir la merma de agua. Recuerda sacar los tomates de la nevera al menos una hora antes de cocinarlo o comerlo. De este modo, ayudarás a que recuperen la temperatura ambiente y con ella su sabor.
Conservar tomates crudos o pisto
Si quieres hacer conservas de tomate, ésta es una buena opción. Pela el tomate, cortalo en cuatro trozos y colócalo en un tarro. Para envasarlos de este modo, intenta apretar los trozos de tomate para evitar que quede aire dentro del tarro. Otro modo para conservar este tipo de tomates es hacer un pisto. Puedes añadir a la conserva otras verduras y almacenarlas en el mismo tarro.
Conservar tomates secos
Secar los tomates te ayudará a conservarlos durante meses. De este modo, podrás usarlos para cocinar guisos, sofritos o ensaladas. Para secar los tomates, córtalos y añádeles un poco de sal. Después, déjalos secar al sol durante 5 o 6 días. Una vez pasado este tiempo, coloca los tomates en una cuerda y cuélgalos en un lugar seco y fresco. También puedes colocarlos en tarros con aceite de oliva.
Conservar tomates: congelador
Una manera fácil para preservar todas las cualidades del tomate es congelarlo. De este modo, se conservará el sabor fresco y todos sus nutrientes. Este método, te ayudará a tener un alimento fresco en aquellos días en los que necesitas cocinar algo rápido. Puedes hacer sopas y salsas o bien añadir a tus platos de pasta tomate frito, evitando las salsas prefabricadas. Antes de congelarlos, es conveniente que los peles o los escaldes previamente. Así podrás conservarlos con todo su sabor y sin que estos pierdan propiedades.
Conservar tomates: salsas y conservas
Hacer conservas caseras con el tomate es muy sencillo, y además es una manera de disfrutar del sabor natural del tomate, sin necesidad de comprar las salsas. Así mismo, la conserva casera te durará más de un año, sin perder las propiedades del tomate.
También puedes hacer mermeladas o confituras o bien envasar los tomates fritos o al natural. Si decides conservarlos al natural deben estar muy maduros, y es recomendable que los peles antes. Si por lo contrario, prefieres freír el tomate procura cortarlos en trozos y ponlos a hervir, así conseguirás que eliminen líquidos. Después, cuando observes que se espesan, añade a la cazuela aceite, pimienta y sal – al gusto – y déjalos hervir durante 10 minutos más. En los dos casos, puedes verter el tomate en tarros cerrados herméticamente y hervirlos al baño María durante 20 minutos más.
Con lo que te sobre del tomate, que no hayas usado para hacer la conserva, puedes hacer zumo de tomate con el caldo sobrante. Simplemente debes añadirle sal y pimienta al gusto.