El caldo es uno de los productos más utilizados en la cocina. Consiste en el líquido resultante de hervir varios tipos de verduras, carne o pescado y se utiliza para elaborar sopas, sofritos o purés. Existen briks de caldo ya preparados de venta en supermercados pero muchas personas lo elaboran de forma casera y posteriormente lo guardan en la nevera o lo congelan.
A veces no sabemos distinguir bien si los productos que guardamos en el refrigerador se encuentran en buenas condiciones para el consumo. Por eso, en unComo.com queremos enseñarte cómo puedes saber si el caldo está malo para evitar que lo consumas en mal estado y eso repercuta en tu salud y la de tu familia.
Pasos a seguir: 1En el caso de los briks de caldo, debes mirar siempre la fecha de caducidad. Cuando compres comida en el supermercado debes intentar calcular aproximadamente el tiempo que vas a tardar en consumir un producto y escoger la fecha de caducidad en función de ello.
Una vez abras el brik, huele el producto. Generalmente el caldo tiene un olor poco penetrante y ligero. Si detectas cualquier olor excesivo, a moho o que no proceda en este caso, es posible que esté en malas condiciones.
Debes tener en cuenta que un caldo de brik abierto y guardado en la nevera no durará más de dos semanas en buen estado, con lo que es mejor que lo huelas y pruebes antes de consumirlo. Prueba el caldo y valora si su sabor es el adecuado. Si tiene un gusto extraño, agrio o excesivamente fuerte, es mejor desecharlo. Si la fecha de caducidad es correcta y el producto aún no ha caducado, coméntalo con el establecimiento dónde lo has comprado.
2Si vas a guardar caldo casero en la nevera para otro día, hazlo en un recipiente de plástico hermético. No lo metas en la nevera hasta que esté templado pero evita que queda fuera de esta más de 24 horas, sobre todo en verano. Si es así, tíralo.
Cuando quieras usar el caldo y no sepas la fecha de caducidad, siempre sigue el mismo proceso. Huele el caldo y detecta cualquier olor extraño, poco habitual o excesivamente fuerte. Generalmente el caldo puede fermentar y desprender un olor nauseabundo, parecido al huevo podrido. Si es así, tíralo ya que no será apto para el consumo.
3Si el olor no te acaba de convencer pero no estás segura, prueba el caldo. Si ha adquirido un sabor agrio, significa que no está en buenas condiciones y se ha echado a perder. Los seres humanos tenemos unos receptores químicos que actúan como protección ante los posibles alimentos en mal estado, por eso, cuando probamos u olemos un alimento en malas condiciones nos lagrimean los ojos y nos dan arcadas. Ese mecanismo que funciona frente a determinados estímulos nos está indicando que ese producto es dañino y nos provoca el rechazo.
Por lo general puedes guiarte por esas sensaciones para detectar si hay un producto podrido o no apto para el consumo. Funciona con casi todos los alimentos, así que puedes aplicarlo a cualquier producto que te infunda dudas.
4Si el olor y sabor son relativamente normales pero sigues sin estar segura, revisa el color y textura del caldo. Si detectas moho o un cambio de color muy evidente significa que las bacterias han proliferado en él y puede ser peligroso su consumo. Es interesante que pongas una etiqueta con la fecha de envasado en los productos que conserves en el congelador. Así podrás controlar mejor su estado.
El caldo congelado puede durar entre 3 y 6 meses en el congelador, dependiendo de la eficiencia del mismo. Para saber si se encuentra en condiciones óptimas deberás esperar a que se descongele y seguir lo pasos arriba señalados. Recuerda no volver a congelar ningún producto de nuevo una vez descongelado.