Si quieres empezar a cuidar tu cuerpo, o retomar la actividad física, la primera opción es el running. El running, la carrera de toda la vida, es una actividad física completa, fácil de realizar y que nos ayuda a preparar nuestro cuerpo para cualquier otra actividad física o deporte que queramos practicar: para jugar al fútbol o al baloncesto, por ejemplo, el fondo físico del running es imprescindible para aguantar un partido completo. Además, comprar material de running es mucho más económico que de otros deportes, y no necesitas a nadie más para practicarlo: simplemente te calzas unas buenas zapatillas de running, ¡y a empezar! ¿O no?Pues no, porque antes de salir a la calle o al parque para empezar a correr, hay una serie de consejos que es importante que tengas en cuenta sobre cómo prepararse para empezar con el running:
Pasos a seguir: 1Para preparar nuestra tabla de ejercicios semanal, lo primero es conocer nuestros límites. Para no frustrarse a las primeras de cambio, lo mejor es empezar corriendo 10-15 minutos un par de veces en una semana.
2Es conveniente seguir, por lo menos al principio, la misma ruta, para aprender cuáles serán las zonas donde podemos dosificarnos y cuáles requerirán más esfuerzo. Alterna tus primeras salidas con paseos andando para conocer el recorrido.
3Si ya practicabas running y quieres volver a hacerlo, no trates de seguir en el mismo punto en el que lo dejaste. Seguro que notarás la falta de práctica, así que vuelve a empezar con distancias más cortas, y un ritmo más suave, hasta que te notes con fuerzas.
4Antes de cada sesión, tienes que estirar y calentar los músculos, y después soltarlos y relajarlos, terminando con una pequeña serie de abdominales. Entre el calentamiento y la post-carrera te deberán llevar en total la mitad del tiempo que hayas corrido (ai has corrido 10 minutos, 2-3 minutos para calentar y 2-3 para soltar músculos.
5Procura practicar running siempre a la misma hora del día. Así, tu cuerpo se acostumbrará a rendir en las mismas horas. Si vas a hacer sesiones suaves, la mañana es mejor porque ayuda a activar el cuerpo. Si las sesiones son más duras, la tarde es perfecta para tener luego tiempo para recuperar las fuerzas.