Después de un entrenamiento en el que lo hemos dado todo, sudando a más no poder y con el máximo desgaste físico, llega uno de los momentos más placenteros: la merecida ducha. Aquí nos relajamos y sentimos la forma en la que nuestro cuerpo ha liberado tensiones y ha trabajado durante el ejercicio, nos sentimos a gusto por el esfuerzo físico que seguro ha merecido la pena. Pero ¿acaso es adecuado saltar a la ducha enseguida terminamos la actividad? Si te preguntas cuánto hay que esperar para ducharse después del ejercicio en unComo.com te lo explicamos con detalle.
Depende del tipo de entrenamiento y la temperatura
Hay personas que durante el ejercicio físico sudan mucho, otras que lo hacen poco. En este escenario entran en juego distintos factores que condicionan nuestra respuesta física y que por tanto determinarán cuánto hay que esperar para ducharse después del ejercicio:
- La intensidad del entrenamiento: mientras más intensa haya sido la actividad física realizada más sudaremos, pues frente al esfuerzo físico la temperatura de nuestro cuerpo comenzará a elevarse y entonces se producirá el sudor con el fin de regularla. Si corres 5 kilómetros a mucha velocidad sudarás mucho más que si caminas 3 kilómetros a paso moderado.
- La temperatura externa: en ambientes de más calor y humedad es normal que sudemos mucho más, este aspecto influirá de forma determinante en el tiempo que debamos esperar antes de la ducha.
- Tu propio cuerpo: hay personas que no sudan con tanta facilidad, otras que apenas inician la actividad comienzan a hacerlo. El modo en el que nuestro propio cuerpo trabaja determinará la temperatura que adquiera y el tiempo que conviene esperar.
Cuándo ducharse después del ejercicio
Si apenas al terminar la actividad física saltas a la ducha debes saberlo: esto no es lo correcto. Lo ideal es esperar a que la temperatura de nuestro cuerpo se estabilice nuevamente antes de ducharnos, de este modo evitamos los posibles efectos adversos que pueda tener el contacto de nuestro cuerpo caliente y sudado con agua más fría.
Si al tener el cuerpo caliente nos metemos en una ducha de agua fría corremos el riesgo de sufrir un síncope por hidrocución, que aunque no es lo más habitual conviene que nos esforcemos para prevenirlo. Lo que sí es bastante común es que al hacer esto, y una vez que salgamos de la ducha, continuemos sudando a pesar de habernos bañado. Esto ocurre porque el cuerpo continúa trabajando para regular nuestra temperatura mientras nosotros seguimos sometiéndolo a un cambio.
Lo ideal es esperar a que dejemos de sudar para ducharnos después del ejercicio, lo que puede tomar cerca de 20 minutos una vez que culminemos la actividad.
Otras recomendaciones
Utilizar la ropa adecuada durante el ejercicio es importante pues los materiales con los que se elaboran ayudan a controlar y disimular la sudoración al tiempo que se secan mucho más rápido, evitando resfriados al contacto con temperaturas más frías. Pero además es recomendable que:
- Mantente hidratado durante el ejercicio, de este modo evitas que la temperatura de tu cuerpo suba demasiado.
- Ve disminuyendo la intensidad del ejercicio a medida que se acerca el momento de concluir la actividad física, así tu cuerpo podrá ir regulando poco a poco la temperatura.
- Si te ejercitas en un ambiente frío y utilizas prendas de algodón, es importante que te cambies de ropa por una seca mientras esperas para tomar tu ducha. Ten en cuenta que el algodón se empapa mucho y que por tanto al entrar en contacto con bajas temperaturas podrías resfriarte.
- Toma la ducha siempre con agua tibia evitando la fría para reducir el impacto sobre tu cuerpo.