El Neem ha sido declarado el árbol del siglo XXI por las Naciones Unidas y es que sus propiedades y sus beneficios para la piel son inacabables. La azadirachta índica, su nombre científico, es sin duda un tesoro biológico y constituye una auténtica farmacia. Posee elementos capaces de combatir dolencias tales como la tuberculosis, el sarampión, la lepra, la malaria, la diabetes, la bronquitis, los parásitos intestinales, la hipertensión, la artritis, las hemorroides y un largo etcétera.
Sus usos para la cosmética también son muy eficientes para nuestra piel y para el cabello. ¿Quieres saber cómo usar el aceite de Neem? En unComo te contamos todas las posibilidades que tienes.
Protege la piel del rostro
Este aceite se puede usar con mucha facilidad y tranquilidad para aliviar o eliminar dolencias de la piel del rostro, como por ejemplo el acné o la psoriasis. Se puede usar solo, pero si lo combinas con otros ingredientes naturales como el aceite de argán o el aceite de almendras dulces, potenciarás sus propiedades y será más eficaz. Este aceite tiene propiedades antiiflamatorias e hidratantes con las que se podrá reducir el acné y mejorar la psoriasis, además de otras condiciones cutáneas.
Si sufres de acné o psoriasis, prueba una dosis al día de esta mezcla y verás como tu piel mejora día a día. Para saber qué mezcla es la más apropiada para tu tipo de piel, es mejor que consultes con un dermatólogo.
Además, el aceite de Neem también se usa para tratar las arrugas: gracias a su acción antioxidante, nos protege del daño medioambiental y gracias a sus caretonoides, defiende a la piel de los radicales libres que actúan envejeciéndola. En unComo te descubrimos todos los beneficios del aceite de Neem para que veas para qué se suele usar.
Para las heridas menores
Es también una ayuda muy preciada en caso de heridas leves como puede ser un pequeño corte en nuestra piel. Uno de los tratamientos es mezclar el aceite con vaselina en una proporción de 1:5, es decir, una parte de aceite de Neem para 5 partes de vaselina. Cuando tengas una mezcla homogénea, aplícatela en la piel y date un pequeño y suave masaje sin apretar y en círculos. Después puedes retirar el producto con ayuda de una toallita húmeda.
Otra opción es con esta fórmula para infecciones y heridas: diluye 10 gotas de aceite esencial del árbol del té, 5 gotas de aceite esencial de lavanda y 30 ml de aceite de Neem. Aplícalo en la piel humedeciéndola antes con hidrolato de manzanilla.
Aplicaciones capilares
Otra de las recomendaciones para usar el aceite de Neem tiene que ver con el cabello y el cuero cabelludo. Para empezar, si nuestro pelo está bien y lo único que queremos es mantenerlo sano, una aplicación de aceite de Neem a la semana es suficiente. Podemos aplicarlo antes de ir a dormir y dejarlo toda la noche actuando o también antes de lavarnos el pelo y dejarlo actuar una hora más o menos. En esta ocasión también es mejor mezclarlo con otros aceites como el de almendras dulces o de coco, ya que diluye su fuerte olor y añade propiedades al tratamiento.
Para la caspa es muy recomendable su uso pues su acción antibacteriana juega un papel fundamental sobre nuestro pelo. La mejor manera de eliminarla es mediante mascarillas que contengan aceite de Neem y, para los piojos, podemos recurrir al aceite en su forma natural y aplicarlo antes de irnos a dormir. Por la mañana, podemos pasarnos el peine especial para piojos y los eliminaremos fácilmente. En unComo te descubrimos de manera específica cómo combatir los piojos con aceite de Neem.
Para exfoliar la piel
Para acabar, el aceite de Neem también está indicado para la exfoliación de la piel y, por lo tanto, para la eliminación de piel muerta. Puedes mezclarlo con productos como la arcilla verde o la sal marina y realiza un masaje en pequeños círculos para una doble acción: eliminar las capas de células muertas y estimular el crecimiento de nuevas células.
Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.