La psicología es la ciencia que se encarga de estudiar y de intervenir en los procesos cognitivos, afectivos y conductuales de las personas.
Es una disciplina que abarca diversos ámbitos y tiene multitud de ramas; una de ellas, la neuropsicología, es la ciencia especializada en el diagnóstico, la evaluación y el tratamiento de las alteraciones cognitivas y conductuales provocadas por un daño cerebral.
A continuación, veremos en qué consisten estas dos disciplinas y cuáles son las principales diferencias entre una y otra.
Psicología: definición y características
La psicología es una disciplina que cuenta con numerosas especialidades, entre las más conocidas: la psicología clínica, que se centra en los problemas psicológicos que afectan a la calidad de vida de las personas; la psicología educativa, enfocada en el tratamiento de las dificultades de aprendizaje; y la psicología de las organizaciones y el trabajo, cuyo objetivo es aplicar las técnicas psicológicas en el ámbito laboral.
Además de contar con múltiples especialidades, la psicología, en su especialidad clínica, también atesora diversas “escuelas” u orientaciones, cada una de ellas con metodologías diferentes, si bien todas tienen en común el objetivo de mejorar la vida de las personas atendidas.
Con todo, la orientación cognitivo-conductual es la que, actualmente, cuenta con más evidencias científicas sobre su efectividad y eficacia en la gran mayoría de trastornos psicológicos.
Neuropsicología: definición y características
La neuropsicología representa una disciplina especializada dentro del campo de la psicología que se centra principalmente en los procesos cognitivos (la memoria, la atención, las funciones ejecutivas, etc.) y su relación con los efectos de las lesiones y las enfermedades cerebrales.
La principal función de un neuropsicólogo clínico es comprender cómo los procesos psicológicos se relacionan con determinadas estructuras del cerebro. Mediante la evaluación neuropsicológica se determina qué funciones cognitivas están dañadas y cuáles están preservadas para, de este modo, poder realizar una intervención neuropsicológica que incluye la rehabilitación de las funciones dañadas, con el objetivo de que la persona vuelva a tener un funcionamiento social normal.
Diferencias entre la psicología y la neuropsicología
La psicología y la neuropsicología comparten un objetivo común que es mejorar la calidad de vida de los clientes o los pacientes que tratan.
Ambas son dos disciplinas que trabajan con personas que necesitan mejorar algún aspecto de su vida, ya sea por un problema psicológico (en el caso de la psicología clínica) o por un daño cerebral adquirido (si hablamos de neuropsicología). Pero también difieren en varios aspectos. Veamos cuáles.
1. Diferencias en la formación
Actualmente, para poder ejercer como psicólogo es necesario contar con la formación universitaria correspondiente: un Grado en psicología de 4 años de duración y un máster que te habilite, en caso de querer trabajar en el ámbito de la salud. Para trabajar en el ámbito público, la única vía es acceder a través del sistema de psicólogo interno residente o P.I.R., un periodo de 4 años de residencia hospitalaria por distintas áreas formativas.
En lo que respecta al trabajo como neuropsicólogo, en España esta profesión no está reconocida como tal; esto es, para poder trabajar en el ámbito de la neuropsicología lo que se suele requerir en el ámbito privado es una formación de postgrado que acredite que tienes los conocimientos necesarios para trabajar en dicho ámbito.
Por otra parte, la formación en neuropsicología se centra más en los procesos cognitivos superiores y en un estudio más pormenorizado del cerebro y su neuroanatomía, a diferencia de lo que ocurre con la psicología, en la que se prioriza el estudio de los procesos psicológicos más generales.
2. Diferencias en la evaluación
Otra de las diferencias entre la psicología y la neuropsicología radica en la forma que se tiene de evaluar al paciente. Un psicólogo clínico evalúa el historial de la persona, sus habilidades intelectuales, las académicas y los rasgos de personalidad. Sin embargo, este tipo de evaluación no incluye pruebas para obtener datos sobre las dificultades asociadas con las distintas funciones cognitivas.
El neuropsicólogo se va a centrar en las funciones cognitivas preservadas y alteradas, y para ello va a realizar una evaluación exhaustiva de la memoria, la atención, el lenguaje, las funciones ejecutivas, las praxias y las gnosias, entre otras. Este tipo de evaluación está enfocada a elaborar después un programa de rehabilitación integral que tenga en cuenta todos los déficits cognitivos observados.
Aunque la neuropsicología también tiene en cuenta factores contextuales a la hora de evaluar a una persona, es cierto que en la psicología general se abarcan más elementos de este tipo, como las experiencias personales presentes y pasadas, los eventos traumáticos, los efectos subjetivos de determinadas relaciones, etc.
3. Diferencias en la intervención
A la hora de intervenir, las diferencias entre la psicología y la neuropsicología también son evidentes. En el ámbito clínico, el psicólogo va a trabajar con herramientas como la psicoterapia, un proceso que incluye técnicas verbales y cognitivo-conductuales que ayudan al paciente a comprender y modificar su manera de pensar y de percibir sus propias dificultades.
En el ámbito de la neuropsicología las intervenciones suelen centrarse en el uso de técnicas de rehabilitación cognitiva que implican: la restauración de las funciones alteradas mediante el entrenamiento de las mismas; la compensación o entrenamiento de habilidades alternativas; y el empleo de ayudas externas (p. ej. agendas y alarmas para personas con problemas de memoria).
Por otra parte, los neuropsicólogos suelen especializarse en trastornos neurodegenerativos y alteraciones sobrevenidas por un daño cerebral (p. ej. demencias, epilepsia, ictus, etc.), a diferencia de lo que ocurre con los psicólogos, más enfocados en problemas psicológicos como la ansiedad, la depresión, las fobias, los problemas de pareja, las adicciones o los trastornos del sueño, entre otros.
4. Diferencias en la investigación
En el ámbito de la investigación también existen diferencias entre la psicología y la neuropsicología. Esta segunda se centra más en descubrir nueva información sobre el funcionamiento del cerebro y las distintas patologías asociadas, con una mirada interdisciplinar que se nutre de otras disciplinas neurocientíficas.
La investigación en psicología, por su parte, aborda múltiples campos que incluyen el estudio de aspectos como el aprendizaje humano, los procesos de pensamiento, las emociones, la conducta o los sesgos cognitivos, por poner solo algunos ejemplos.
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Antonio, P. P. (2010). Introducción a la neuropsicología. Madrid: McGraw-Hill.
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Coolican, H., Sierra, G. P., Bari, S. M. O., Herrejón, J. L. N., & Tejada, M. M. R. (2005). Métodos de investigación y estadística en psicología.
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Labos, E., Slachevsky, A., Fuentes, P., & Manes, F. (2008). Tratado de neuropsicología clínica (No. 616.8: 159.9). Librería Akadia.