La psicología de las diferencias individuales estudia de qué forma las personas tienen diferentes formas de comportarse y cuales son las causas para que esto sea así.
Sus orígenes se remontan a tiempos clásicos, aunque su constitución como rama científica de la psicología se da casi a la vez cuando la psicología en sí se constituyó como ciencia, bebiendo mucho de las nociones evolucionistas.
A continuación abordaremos en profundidad la psicología de las diferencias individuales, un tema fundamental en todas las facultades de psicología y en los departamentos de investigación de las ciencias del comportamiento, y la cual nos permite comprender que no hay dos personas iguales, siendo su forma de ser una mezcla de genes y factores ambientales.
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¿Qué es la psicología de las diferencias individuales?
La psicología de las diferencias individuales es la disciplina que se encarga de estudiar por qué las personas somos distintas las unas de las otras. Las personas somos iguales en tanto que pertenecemos a la misma especie, no obstante, también es indiscutible que no hay dos personas iguales, ni siquiera las que son hermanos gemelos idénticos. Cada persona tiene unas características que la diferencian del resto, convirtiéndolos en individuos únicos e irrepetibles.
Las diferencias individuales son esas diferencias que nos dan individualidad a cada uno de nosotros. Nos distinguen y diferencian del resto en aspectos comportamentales varios, como lo son el temperamento, el nivel de inteligencia, la propensión a sufrir trastornos mentales y demás aspectos asociados a la personalidad única del individuo, todos ellos y sus diferencias objeto de estudio de la psicología diferencial que, de hecho, forma parte de la psicología de la personalidad.
En esencia, podemos decir que la psicología de las diferencias individuales tiene como objetivo describir, predecir y explicar la variabilidad interindividual (entre personas), intergrupal (entre grupos) e intraindividual (de una misma persona a lo largo de su vida) en áreas psicológicas relevantes, centrándose también en cuales son el origen, manifestación y funcionamiento de tal variabilidad.
Relación con la psicología general
A menudo la psicología de las diferencias individuales es contrapuesta con la psicología general, cuyo objeto de estudio es más bien antagónico. No es que la psicología diferencial y la general estén enemistadas en términos teóricos, de hecho, sus campos de estudio y conocimientos se complementan otorgándonos un amyor conocimiento acerca del comportamiento humano. La psicología general se encarga de estudiar qué es lo que tenemos en común todos los seres humanos, qué aspectos psicológicos nos definen como especie en su conjunto.
La psicología general utiliza un método experimental partiendo del paradigma E-R (estímulo-respuesta) o E-O-R (estímulo-organismo-respuesta). En cambio, la psicología de las diferencias individuales usa principalmente el método correlacional, basándose en el paradigma O-E-R (organismo-estímulo-respuesta o individuo-estímulo-comportamiento), el cual fue postulado por Louis Leon Thurstone en 1923 tomando un enfoque científico centrado en la persona, a quien toma como punto de partida y relega al estímulo como una simple circunstancia momentánea del entorno.
A pesar de que el paradigma O-E-R es actualmente el más aceptado dentro de la psicología diferencial ha sido muchas veces objeto de debate por parte de varios investigadores de este campo. Entre ellos podemos encontrar al psicólogo español Antonio Caparrós, quien propuso el paradigma R-R, centrado en las respuestas del individuo, su medida y las relaciones existentes entre ellas.
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Historia de esta rama psicológica
La historia de la psicología de las diferencias individuales puede dividirse en dos grandes períodos: período precientífico o antecedentes históricos y período científico o época moderna. Este último período vendría a la par con la fundación de la psicología como ciencia empírica y basada en el método científico estrictamente hablando, acontecimiento dado durante el siglo XIX.
Período precientífico
Antes de la fundación de la psicología como una ciencia y, en su extensión, de la psicología diferencial, existían una serie de saberes, creencias e ideas acerca el porqué las personas nos comportamos de una u otra forma, ya de forma “normal” o de forma patológica. A lo largo de toda la Historia los seres humanos nos hemos preguntado qué es lo que hace que una persona sea amable o antipática, más o menos inteligente, funcional o alienada.
Si bien es seguro que los primeros seres humanos debían preguntarse por qué los miembros de su tribu eran distintos entre ellos y los de otra tribu también, los primeros antecedentes escritos sobre las diferencias individuales en Occidente los encontramos en la Grecia Clásica. Un ejemplo de ello lo tenemos en la figura de Platón, quien trató de dilucidar y explicar por qué las personas nos comportamos distinto, exponiéndolo en su obra “La República”, en donde se reconocen explícitamente estas diferencias humanas-.
En la Edad Media también se abordó el tema desde una perspectiva filosófica. De hecho, la teoría escolástica enseñada en las facultades de la época abordaba esta cuestión. También es durante el Medievo en el que el médico español Juan Huarte de San Juan escribió su obra “Examen de los Ingenios para las ciencias”, texto en el que habló sobre la inteligencia, diferencias en la creatividad entre las personas y diferencias en ciertas habilidades en función del sexo.
La obra de Juan Huarte de San Juan ha sido tan importante para la psicología y, en especial, la psicología de las diferencias individuales que este gran pensador ha acabado convirtiéndose en el patrón de todas las facultades de Psicología de España, siendo día festivo el 23 de febrero en su honor. Realmente es un pseudopatrón, puesto que no está canonizado por la Iglesia Católica e, irónicamente, su obra fue censurada por el tribunal de la Santa Inquisición.
Siglos después y ya bien entrados en el Renacimiento y la Ilustración otros grandes pensadores hablarían acerca las diferencias individuales en la Edad Moderna. Entre los siglos XVIII y XIX podemos encontrar a filósofos como Jean-Jacques Rousseau, Johann Heinrich Pestalozzi, Johann Friedrich Herbart y Friedrich Fröbel.
La figura más moderna que influyó y ayudó considerablemente en la fundación de la psicología diferencial como disciplina científica es el naturalista Charles Darwin, impulsor de varios avances en ciencia biológica. Los estudios de Darwin, los cuales le valdrían para formular su archiconocida teoría de la evolución, dieron especial énfasis a las diferencias individuales encontradas en individuos de varias especies y, también, en los seres humanos, a los que no tuvo reparos en considerar animales y meterlos dentro de su teoría evolucionista.
Época científica
Aunque han sido varios psicólogos a quienes se les ha atribuido haber creado la expresión “diferencias individuales”, siendo uno de ellos William Stern, varios registros históricos demuestran que Charles Darwin ya los usaba incluso en su obra más conocida “Sobre el Origen de las Especies” (1859), además de ser de los primeros mostrar interés científico en el estudio de las diferencias individuales. Este interés sería compartido por su medio-primo Francis Galton en su intento por cuantificar las diferencias individuales entre las personas, y es por ello que algunos consideran a Galton el fundador de la psicología diferencial.
Galton fue el primero que trató de aplicar los principios evolucionistas de la variación, la selección y la adaptación al estudio del ser humano. Lo hizo midiendo experimentalmente las diferencias individuales en su Laboratorio Antropométrico. En su intento por organizar los datos que estaba recopilando introdujo el método estadístico con elementos como la correlación, la distribución normal y la regresión, conceptos que posteriormente serían perfeccionados por Karl Pearson e Irving Fisher.
A partir de la psicología general se dará lugar a muchas otras disciplinas, entre ellas la psicología experimental, interesada en formular leyes generales que explicaran la conducta humana en general. En un principio la psicología ignoraba las diferencias individuales y éstas eran consideradas simples errores aleatorios. Más tarde, J. McKeen Cattell, psicólogo experimental interesado en las diferencias interindividuales e intergrupales, publicaría los primeros trabajos que acabaron reconduciendo el centro de interés inicial en tales diferencias, separándose la psicología diferencial de la experimental progresivamente.
A lo largo del siglo XX la psicología de las diferencias individuales iría tomando varios impulsos, entre ellos la creación y perfeccionamiento de los tests mentales, herramientas que permitían medir aparentemente de forma objetiva varias características humanas. Los primeros se centraron en la inteligencia y la personalidad, teniendo el test de personalidad de Cattell y la escala de inteligencia Binet-Simon. La psicometría iría tomando forma, ayudando en la maduración de los cuestionarios psicológicos gracias a la mejora de las técnicas de fiabilidad y validez.
Todos estos hitos harían que de forma definitiva la psicología diferencial se independizara, siendo esto reconocido oficialmente el año 1957 en la 65 Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología, cuyo director Lee Cronbach distinguió el estatus científico de la psicología de las diferencias individuales dentro de las ramas de la psicología moderna.
Entre las décadas de 1950 y 1970 hubo una gran diversificación en las investigaciones de las diferencias individuales. La psicología diferencial fue perdiendo homogeneidad y empezó a recibir numerosas críticas por parte de la Psicología Clínica y la Experimental. A partir de 1970 se produciría un auge en esta disciplina, con el gran impacto de la denominada “revolución cognitiva”.
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Su objetivo
Como cualquier otra rama de la psicología, la de las diferencias individuales tiene como objetivo estudiar el comportamiento humano. No obstante, su objetivo más específico es describir y explicar las diferencias interindividuales, intraindividuales e intergrupales. Además, pretende realizar un estudio funcional de la variabilidad de la conducta mediante un enfoque metodológico específico.
Su principal objeto de estudio se centra en las diferencias interindividuales, las cuales hacen referencia a que en un determinado momento o situación diferentes individuos se comportan de forma distinta. Para poder describir de la manera más adecuada esta variabilidad es necesario medir las diferencias individuales por medio de la psicometría y los tests de personalidad, inteligencia y trastornos mentales.
Otro objeto de estudio, no tan estudiado pero no menos importante, son las diferencias intraindividuales. Es decir, es el estudio de las distintas formas de comportarse de un mismo individuo, comparándolo consigo mismo a lo largo del tiempo y en referencia a una variable determinada.
En cuanto a las diferencias intergrupales hacemos referencia a cuando se observa o se mide una misma característica psicológica en diferentes individuos. Algunos de ellos tienden a emitir respuestas o a obtener puntuaciones en los tests similares. Pese a todo esto, la conducta grupal en sí misma no existe, sino que se trata de una generalización según la cual la media de una determinada variable de los miembros del grupo difiere de los demás grupos.
Metodología
El método más recurrido por la psicología diferencial es el correlacional, el cual compara individuos y grupos y está entre las metodologías de las “ex post facto”, es decir, se observa el fenómeno después de que se haya producido. En la mayoría de los casos no se manipula la variable independiente, ya que su manipulación ya ha tenido lugar de forma natural con anterioridad y no hay forma de manipularla. La orientación de la psicología de las diferencias individuales es la nomotética, dado que estudia las características compartidas entre individuos que conforman un grupo homogéneo.
Junto a este método se suma el correlación transversal, en el cual se comparan muestras representativas de distintas poblaciones y es usado para observar diferencias intergrupales; y el correlacional longitudinal, el cual se basa en realizar sucesivas medidas de los mismos sujetos durante un período de tiempo indefinido, usado para observar diferencias intraindividuales.
Aunque lo habitual es usar métodos correlacionales también se pueden utilizar técnicas observacionales y experimentales, como lo es el método retrospectivo, aunque no tiene demasiada relevancia en la psicología diferencial. Esta metodología se basa en la recopilación de información utilizando información extraída de las explicaciones hechas por los propios sujetos acerca de su conducta, o bien usando datos biográficos obtenidos de otras fuentes, como puede ser el testimonio de seres queridos.
En cuanto a las herramientas usadas en esta disciplina encontramos una amplia variedad. Podemos encontrar medidas neurofisiológicas incluyendo electroencefalografía (EEG), imagen por resonancia magnética (IRM), tomografía por emisión de positrones (PET)... Estos métodos se pueden usar para buscar los biomarcadores de patrones comportamentales de base biológica (rasgos temperamentales y síntomas de trastornos psiquiátricos).
Otros métodos incluyen experimentos comportamentales para observar cómo de diferente se comportan las personas a la hora de hacer una misma tarea. Los experimentos comportamentales se suelen usar tanto en psicología de la personalidad como en social, y se incluyen métodos léxicos y autorreportes en los cuales se le pide a las personas completar cuestionarios preparados por psicólogos.
Aspectos estudiados
Entre los fenómenos más investigados en la psicología diferencias está la inteligencia, estudiada sobre todo en términos de rendimiento y capacidad para realizar tareas en el ámbito académico, laboral y la vida cotidiana. También se estudia su estabilidad a lo largo del tiempo, si crece o disminuye a medida que se va creciendo, qué factores la incrementan (efecto Flynn), diferencias entre sexos y heredabilidad e influencia ambiental. Además, se abordan los extremos, es decir, la discapacidad intelectual y la superdotación.
Aunque no sin controversia, la psicología de las diferencias individuales también ha abordado la definición de la inteligencia. Unos la entienden como algo más o menos homogéneo, mientras que otros hablan de inteligencias múltiples. En lo que sí se coincide es en la unidad usada para medir este constructo, hablando de cociente intelectual y aceptándose su distribución siguiendo la curva normal en la población.
Otro aspecto estudiado en la psicología diferencial son los estados de ánimo y, sobre todo, los rasgos de personalidad. Para entender la personalidad es muy importante considerar las variaciones en el temperamento, el cual constituye el núcleo básico de un individuo. Actualmente es posible estudiar la estructura de este fenómeno gracias a los modelos léxico-factoriales y los biológicos-factoriales. Otro concepto muy relacionado con la personalidad es el de carácter, entendido como la disposición motivacional del individuo.
Es ya clásico el debate de esta rama psicológica acerca el origen de las diferencias individuales. Si bien se ha intentado usar una explicación científica para ello, en su origen hubo dos posicionamientos extremistas, uno defendiendo que todo era debido a la genética, y que por lo tanto las diferencias humanas eran hereditarias; y otro que defendía que todo se debía al ambiente, siendo las diferencias influidas por el entorno. Este debate ha recibido el nombre de “nature vs. nurture”, esto es, “naturaleza vs. crianza”.
Con el paso del tiempo se llegó a un acuerdo y hoy en día se acepta que nuestra forma de ser, nuestra personalidad, inteligencia y la aparición de trastornos mentales se debe a ambos factores. Es indiscutible que alguna carga genética tiene que haber que explique nuestra personalidad pero, también, el ambiente tiene que ejercer alguna influencia, sobre todo si se tienen en cuenta los innumerables experimentos con gemelos monocigóticos (idénticos) que al criarse por separado tienen comportamientos en común y algunos comportamientos distintos.
Así pues, el principal debate de la psicología de las diferencias individuales se ha resuelto estableciendo que hay una interacción entre el genotipo de la persona y su ambiente, lo cual da lugar a un fenotipo en particular, esto es, los rasgos que acaban manifestándose en la persona. De hecho, a raíz de este debate interno de la psicología de las diferencias se ha dado pie a la constitución de disciplinas que estudian exclusivamente el peso del ambiente y la herencia en la forma de ser de las personas, como es el caso de la Genética Cuantitativa.
Aplicaciones de esta rama
La psicología de las diferencias individuales tiene mucha aplicación en el ámbito de la psicología industrial y de las organizaciones, la cual se especializa en el comportamiento humano en el lugar de trabajo. Los psicólogos de las organizaciones suelen consultar con las compañías y buscar formas para mejorar la productividad y su moral. Estos investigan aspectos como las diferencias entre los trabajadores que están felices y son productivos y aquellos que no lo son tanto y parecen desmotivados con su puesto de trabajo.
Algunos psicólogos de las diferencias individuales estudian el comportamiento humano basándose en diferencias biológicas. Este tipo de investigación explora aspectos como la heredabilidad, los rasgos físicos y las reacciones a los fármacos. Las diferencias biológicas entre individuos puede ser la llave para entender por qué las personas nos comportamos y respondemos de forma distinta al tomar una misma medicación, permitiendo seleccionar fármacos que sean más efectivos en según qué pacientes que presenten un genotipo concreto.
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