Las vacaciones de verano son mucho más que una oportunidad para dedicar al ocio todo ese tiempo libre que hemos ganado. Ofrecen la posibilidad de desprendernos de las inercias de nuestro trabajo, lograr una visión más general de aquello a lo que estamos dedicando nuestras vidas, trazar nuevos planes de futuro y empezar proyectos interesantes.
Sin embargo, claro está, para dar ese tipo de salto cualitativo en nuestro desarrollo personal y/o profesional, antes es necesario aprender nuevas habilidades y consolidar determinados conocimientos que, a veces, incluso pueden formar parte de temas en los que ni siquiera estamos iniciados.
En este artículo daremos un repaso a las claves psicológicas que debes tener en cuenta para aprovechar el verano para formarte, de manera que optimices el uso que haces de tu tiempo y sigas disponiendo de horas para dedicarlas al ocio y al descanso.
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¿Por qué formarte durante el verano? 5 motivos a tener en cuenta
Algunas personas se muestran reticentes a dedicar a la formación parte de su tiempo libre en vacaciones de verano; sin embargo, lo cierto es que hay muchos motivos de peso para hacerlo. Estos son los más importantes:
- Disponemos de mayor energía física y psicológica para dedicarla a nuestros proyectos.
- Las vacaciones nos sacan de la mentalidad cortoplacista: pasamos de pensar en los objetivos de productividad a pensar en objetivos personales.
- Psicológicamente, somos menos vulnerables a la excusa del “ya lo dejaré para mañana”.
- Nos cuesta menos hacer cuadrar los horarios para las sesiones de estudio.
- Podemos seguir formándonos incluso yendo de viaje, gracias a los cursos online.
Por todo ello, el ocio que solemos asociar al verano es perfectamente compatible con dedicar algunas horas de la semana a formarnos en algo, ya sea para especializarnos en un ámbito de nuestro sector de trabajo como para tantear áreas que nos pueden interesar personal y/o profesionalmente. En algunos casos, no hacerlo supondría una oportunidad perdida.
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5 consejos para aprovechar el verano para formarte
Si has decidido aplicar a tus vacaciones de verano una rutina de aprendizaje, ten en cuenta estos consejos.
1. Estructura un horario claro evitando los momentos de más calor
Lo recomendable si vives en una zona de veranos calurosos es que no dediques al estudio las horas del día en las que el Sol está más alto. Si no, aunque no te des cuenta de ello, tu capacidad de concentración disminuirá y es más probable que te frustres y te rindas.
Por otro lado, tu horario debe establecer horas de inicio y de fin de las sesiones de estudio de una manera clara, sin dar lugar a ambigüedades, para que de ese modo te sea más fácil potenciar tu auto-disciplina.
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2. Aunque tengas mucho tiempo libre, duerme lo suficiente
Muchas personas tienden a dormir poco en verano, porque dado que no necesitan despertarse temprano, se van a la cama muy tarde y de todas formas se despiertan de manera natural a una hora en la que aún no han descansado lo suficiente.
Ten en cuenta que el hecho de no dormir lo suficiente durante un día ya tiene un impacto significativo en tu capacidad de concentración, elemento clave al estudiar.
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3. Asegúrate de que no te expones a distracciones durante las sesiones de estudio
Aunque estés de vacaciones, es importante que cuentes con tu tiempo y con un espacio privado para estudiar, intentando que las personas con las que convives respeten tu necesidad de estar a solas.
Por supuesto, si es necesario, llegad a una decisión consensuada acerca de los momentos de la semana en los que te pondrás a estudiar, para evitar conflictos en el reparto de responsabilidades en lo relativo a las tareas del hogar.
4. No te obsesiones con concentrar todo el tiempo de estudio en una sola sesión
No es necesario que encuentres un momento del día en el que puedas estar largos ratos estudiando y formándote. De hecho, la técnica de estudio más eficaz, la llamada repetición espaciada, puede ser utilizada con sesiones de estudio relativamente cortas, de 20 o 30 minutos, porque se basa en repasar los contenidos ya estudiados.
Así pues, en tus vacaciones de verano puedes aprovechar para aprender durante esos “ratos muertos” entre bloques de actividades, en los que de otro modo no sabrías qué hacer.
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5. No te olvides de los descansos
Los descansos forman parte de los procesos de estudio y formación; de hecho, son necesarios para interiorizar la información a la que te expones y para mantener afinada tu capacidad de concentración.
Por eso, incorpora estos pequeños “respiros” a tu horario, haciendo que puedas descansar durante unos 10 o 15 minutos por cada 45 minutos de estudio, más o menos.
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- Alhola, P.; Polo-Kantola, P. (2007). Sleep deprivation: Impact on cognitive performance. Neuropsychiatric Disease and Treatment, 3(5): 553–567.
- Gollwitzer, P.; Brandstätter, V. (1997). Implementation Intentions and Effective Goal Pursuit. First publ. in: Journal of Personality and Social Psychology, 73, 1: pp. 186-199.
- Smolen, P.; Zhang, Y.; Byrne, J.H. (2016). The right time to learn: mechanisms and optimization of spaced learning. Nature Reviews Neuroscience. 17 (2): pp. 77 – 88.