Los vegetales o verduras son de esos alimentos que siempre disfrutaremos más cuando los cocinamos frescos. Sin embargo, algunos de ellos tienden a dañarse rápido incluso aunque los mantengamos en el refrigerador. La humedad y la oxidación hacen de las suyas y los arruinan antes de que podamos consumirlos por completo.
Por otra parte, no siempre tenemos tiempo de ir al mercado a adquirir productos súper frescos o comprar exactamente la cantidad justa que vamos a consumir. Lo más cómodo es tener en casa más de lo que necesitamos para estar abastecidos por más tiempo de los vegetales que más nos gustan, como las zanahorias, las berenjenas, las hojas verdes y más.
La buena noticia es que la mayoría de las verduras pueden congelarse fácilmente. Algunas de ellas necesitarán cocerse antes de la congelación y otras podemos congelarlas crudas sin ningún problema. En este artículo de unCOMO, te explicaremos el paso a paso de cómo congelar las verduras correctamente, además de darte trucos y recomendaciones para que puedas disfrutar y elaborar las recetas que más te gusten sin necesidad de salir corriendo al mercado cada vez.
Cómo congelar berenjenas
Las berenjenas son de esas verduras que necesitaremos primero escaldar antes de congelar. Las berenjenas tienen la genial cualidad de que combinan muy bien con cualquier comida, además de que contienen pocas calorías y grasas. Hay muchas formas de preparar recetas con berenjenas, así que vale la pena comprarlas, congelarlas e ir probando nuevas recetas para variar nuestras comidas. Para congelarlas, sigue los siguientes pasos:
- Vierte alrededor de un galón de agua en una olla y agrega media taza de sumo de limón. Gracias al limón, evitaremos que las berenjenas pierdan su color natural durante el proceso, así como su valor nutricional.
- Mientras el agua llega a su punto de ebullición, busca un bol con agua fría y hielo.
- Lava y seca bien las berenjenas y córtalas como las quieras usar posteriormente, en rodajas, cubitos o palitos.
- Colócalas una a una en la olla cuando el agua esté hirviendo. No las eches todas al mismo tiempo, para que el agua pueda mantenerse caliente y no pierda la ebullición por mucho tiempo.
- Déjalas hervir durante un minuto y sácalas inmediatamente. Luego, sumérgelas en el bol de agua por unos segundos, extráelas y escúrrelas.
- Una vez estén listas, ya puedes congelarlas. Para que no se peguen entre sí, puedes congelarlas en una bandeja separadas unas de las otras y luego sellarlas en una bolsa para alimentos.
Por lo general, las berenjenas durarán unos 9 meses congeladas. De todas maneras, puedes consultar nuestro artículo Cómo saber si una berenjena está mala para asegurarte de que puedes consumirla sin problemas.
Congelar berenjenas rellenas
Las berenjenas rellenas son una delicia. Podemos prepararlas con carne, atún u otros vegetales. Si eres fan de las berenjenas rellenas, pero necesitas mucho tiempo para hacerlas, puedes congelarlas para disfrutarlas por varios días. Lo único que debes hacer es envolverlas en papel film y meterlas al congelador. Puedes cortarlas a la mitad para ahorrar un poco de espacio.
Otra opción es meterlas directamente en un plato, esperar a que se congelen en unas horas y, entonces, envolverlas en papel film. De esta forma, cuidarás de que el relleno no se pegue al plástico. Si deseas conocer más detalles sobre la conservación de las berenjenas, ingresa en nuestro artículo Cómo congelar berenjenas y ¡te explicaremos todo!
Cómo congelar brócoli
Son muchos los beneficios del brócoli para nuestra alimentación. Son una buena fuente de hierro y ácido fólico, así como también son excelentes antioxidantes. Esta hortaliza es perfecta para agregar un ingrediente verde a cualquier plato principal. Para congelar esta verdura, solo tendrás que seguir estos pasos:
- En primer lugar, límpialo muy bien. Te recomendamos quitar todas las hojas que no suelen consumirse.
- Llena un bol con agua fría y abundante sal. Mete los brócolis en él durante unos minutos. De esta forma, podrás eliminar cualquier suciedad o insecto que tengan.
- Posteriormente, divide las flores del brócoli en el tamaño en el que sueles consumirlo.
- Hierve agua en una olla y, cuando alcance la ebullición, coloca el brócoli en ella y déjalo cocinar por 3 minutos. Si lo hacemos de esta forma, preservaremos la mayor cantidad de nutrientes de la verdura. Retira del fuego y enfría en un bol con agua helada.
- Espera a que se sequen colocándolos en sobre un papel absorbente. Una vez estén secos, introdúcelos en una bolsa, séllala y métela en el congelador.
El brócoli puede almacenarse congelado de unos 9 a 12 meses. Si quieres conocer las señales de las que debes estar atento para saber si el brócoli sigue bueno, entra a nuestro artículo Cómo saber si el brócoli está malo.
Congelar coliflor
En el caso de este tipo de hortalizas, también puedes agregar un poco de zumo de limón en el agua hervida para que mantengan su color verde. Como son verduras muy parecidas, este también es el proceso que deberás seguir si deseas congelar coliflor. Para aprender más, visita nuestro artículo sobre Cómo congelar brócoli y Cómo congelar coliflor.
Cómo congelar cebollas
Otra de las verduras que podemos congelar para olvidarnos de comprarla cada semana es la cebolla. Esto es muy útil, ya que las cebollas son de los vegetales más usados en la cocina. Esta presente en casi todas las recetas, así que congelarlas nos puede ahorrar un montón de tiempo.
Eso sí, congélalas solo cuando estén frescas. A diferencia del brócoli y las berenjenas, puedes congelar las cebollas crudas, pero solo si luego vas a consumirlas cocinadas. La razón de esto es que durante el proceso de congelación de este alimento, la textura cambiará y se volverá más suave. Estos son los pasos que debes seguir para preservar cebollas correctamente:
- Retira la piel de la cebolla, así como las partes marrones o feas de los tallos.
- Córtala en trozos dependiendo de cómo vayas a utilizarla luego, en juliana, en plumas, en rodajas o trocitos.
- Presiónalas con un papel absorbente y deja que suelten el agua dentro de ellas.
- Busca bolsas de congelación con cierre y distribuye las cebollas dentro de ellas, de forma que queden lo más separadas posible. Al cerrarlas, aplástalas para que salga la mayor cantidad de aire posible e introdúcelas en el congelador.
Te recomendamos colocarle una etiqueta a la bolsa para recordar qué día las congelaste. Si quieres conocer más trucos para que las cebollas te duren el mayor tiempo posible, visita nuestro artículo Cómo conservar cebollas.
Cómo congelar pimientos
Si hay otra verdura que solemos utilizar tanto en la cocina como la cebolla, esa es el pimiento. Protagonista de los sofritos en muchas recetas, el pimiento es una hortaliza rica en vitamina C que le da un delicioso sabor a las comidas. Al ser tan usados, comprar muchos pimientos y congelarlos para ir usándolos poco a poco es una excelente alternativa para ganar tiempo, sobre todo cuando no tenemos oportunidad de ir al mercado todas las semanas.
En el caso de los pimientos, recuerda siempre trabajar con pimientos frescos, sean rojos, verdes o amarillos. Los puedes identificar a través del color, pues estos pimientos son más oscuros y tienen una textura firme. Para congelarlo, recuerda estos pasos:
- Limpia los pimientos crudos cuidadosamente y enjuágalos en agua a temperatura ambiente o fría. Al frotarlos bien, te asegurarás de eliminar restos de suciedad. Sécalos con papel absorbente de cocina.
- Retira los tallos y las semillas del pimiento. Córtalo por la mitad y levanta el tallo, así retirarás con él la mayor parte de las semillas. Cuando esté 100 % libre de ellas, vuelve a pasar las partes del pimiento por agua.
- Puedes decidir cómo congelar el pimiento, si en mitades, en tiras o en trozos pequeños. Córtalos como prefieras.
- Coloca agua a hervir e introduce los pimientos durante 3 minutos aproximadamente para escaldarlos. Sumérgelos en agua helada y déjalos enfriarse por unos 3 minutos más. Escúrrelos y sécalos.
- Ahora, puedes introducirlos en el congelador en una bandeja. Una vez estén congelados, puedes introducirlos fácilmente en una bolsa de congelación para ahorrar espacio. La idea es evitar que se peguen entre sí, para que luego sea más fácil cocinarlos.
Si deseas conocer más detalles acerca de la conservación y la congelación de las verduras, te invitamos a leer nuestro artículo Cómo conservar pimientos. Luego de que los descongeles y tengas listos para usar, puedes preparar una deliciosa receta de pimientos rellenos o esta de pollo frito con pimientos.
Cómo congelar patatas
Las patatas son un tubérculo complicado cuando se trata de congelar las verduras. Esto se debe a que al congelarlas, pierden gran parte de su textura. Pueden aguarse y tomar una consistencia arenosa, pues la fécula desaparece. Por esa razón, lo mejor será que evites, en la medida de lo posible, congelar las patatas. Consúmelas frescas y, si te sobran algunas, puedes aprovecharlas para preparar puré de patatas o una crema de verduras.
Si, aun así, quieres congelar patatas, puedes blanquearlas para que se conserven lo mejor posible. Para conseguir esto, sigue los siguientes pasos:
- Limpia muy bien las patatas para eliminar restos de suciedad, luego pélalas.
- Coloca agua a calentar y cuando hierva, introduce las patatas por unos 3 minutos.
- Sácalas y enfríalas en un bol con agua helada.
- Posteriormente, sécalas muy bien.
- Si las patatas no son muy grandes, puedes congelarlas enteras. Si no, córtala en rodajas o pedazos gruesos.
- Guárdalas en bolsas herméticas e introdúcelas en el congelador.
Patatas prefritas congeladas
Seguro que has visto en muchas ocasiones las típicas patatas fritas congeladas. Esas que tan solo con meterlas a freír, ya tenemos patatas crujientes. Aunque estas pasan por un proceso industrial que les permite mantener su consistencia en la congelación, puedes intentar imitarlas de forma casera.
Para hacerlo, debes picar las patatas en bastones del mismo tamaño. Luego, sumerge los bastones en agua con un chorro de vinagre y sal, déjalas durante una hora y luego escúrrelas y sécalas muy bien. Ponlas a freír en aceite de girasol a temperatura media, sin dejar que se doren ni tomen color. Sácalas, déjalas enfriar, mételas en bolsas y congélalas. Posteriormente, solo tendrás que sacarlas y terminar de freírlas en aceite caliente sin que se descongelen.
Cómo congelar zanahorias
Para congelar zanahorias crudas, es necesario que utilicemos solo aquellas que estén frescas. Además, si las vamos a congelar, debemos procurar cocinarlas luego, ya que no quedarán bien crudas. Te recomendamos que no congeles zanahorias ya cocidas, pues perderán la textura y pueden resultarte desagradables al momento de terminar de comerlas.
Si tienes demasiadas zanahorias frescas y no piensas utilizarlas pronto, pues solo debes seguir estos pasos para congelarlas y lograr que te rindan por mucho más tiempo:
- Lava las zanahorias, pélalas y córtalas en trozos.
- Calienta agua e introduce las zanahorias cuando esté hirviendo. Si los trozos son pequeños, puedes dejarlas por 2 minutos. Si son más grandes, déjalas hervir por 5 minutos.
- Enfríalas en un bol con agua y hielo.
- Déjalas escurrir y secar con ayuda de papel absorbente.
- Introdúcelas en bolsas herméticas y mételas en el congelador.
Cuando vayas a utilizarlas, deja que se descongelen lentamente en el refrigerador, para que puedan conservar la textura y la consistencia lo mejor posible. Posteriormente, puedes utilizarlas para preparar un delicioso puré de zanahoria o hasta chips de zanahoria. Cuando las saques, puedes asegurarte de que están aptas para el consumo si tienes en cuenta las señales de las que hablamos en nuestro artículo sobre cómo saber si la zanahoria está en mal estado.