Aunque pueda parecer lo contrario, el desayuno es la comida más importante del día, ya que es aquella que nos aportará la energía y los nutrientes necesarios para afrontar la jornada laboral, de estudio, etc. Es por esto que debemos dedicar el tiempo suficiente al desayuno y comer de forma sana y equilibrada. Para que adquieras buenos hábitos por las mañanas, en unComo te contamos algunos consejos sobre cómo desayunar correctamente.
Lo indispensable
En un buen desayuno no pueden faltar:
- Productos lácteos: leche, yogur, queso... o cualquier otro derivado lácteo, ya que son una de las fuentes básicas de calcio, un nutriente indispensable para nuestro organismo.
- Cereales o productos farináceos: se trata de los productos elaborados con harinas de cereales: pan, cereales propiamente, galletas, etc. Aportan hidratos de carbono, es decir el combustible de nuestro organismo.
- Fruta: ya sean piezas de fruta o zumos elaborados a partir de fruta, proporcionan vitaminas, minerales y fibra.
Cuidado con el café
Lo primero que hacemos muchos al despertarnos es ir a buscar nuestra dosis de café para tratar así de despertarnos y estar más despejados. Pero esto no siempre es favorable para nuestro organismo, ya que un exceso de cafeína puede provocarnos problemas de corazón o atacar al sistema nervioso. Aunque pueda parecer increíble, una manzana o un té pueden provocarnos el mismo efecto (o aún mayor) que un café, y ayudar a despejarnos por la mañana.
Dedícale el tiempo que requiere
Debemos dedicar cierto tiempo a desayunar, tranquilamente y -a poder ser- acompañados. No hay excusa que sirva, ni tan siquiera la común falta de tiempo. Un desayuno correcto tan solo te comportará unos 15 minutos y te supondrá las fuerzas necesarias para las 5 o 6 horas que deberás pasar hasta la hora de comer. Si eres de aquellos que justo levantarse no pueden meter nada en su estómago, también puedes optar por tomar algo más ligero al despertar y complementarlo con un desayuno a media mañana.
Date un capricho
Ciertos días especiales, puedes saltarte un poco las normas y permitirte añadir a tu desayuno elementos como bollería casera (bizcochos, madalenas, galletas...) o chocolate. Esto no puede hacerse a diario ya que estos alimentos aportan un alto contenido en grasas saturadas que cuesta digerir.