Las frutas secas o deshidratadas se han vuelto una excelente opción últimamente gracias a la capacidad que tienen para mantener todos los nutrientes concentrados y por un mayor periodo de tiempo. Igualmente, han tomado mucha fama gracias a que potencian el sabor de la fruta, haciéndola ideal para incorporarla en preparaciones como la avena, la granola o como snack para merienda.
Es realmente sencillo deshidratar frutas y, generalmente, se emplea el horno o deshidratador especial para alimentos, sin embargo, por cuestión de comodidad el microondas se ha convertido en una alternativa fácil y sencilla para esta labor. En unCOMO, te enseñamos cómo deshidratar frutas en el microondas paso a paso.
Pasos a seguir: 1Ten en cuenta que las frutas ideales para ser deshidratadas son todas aquellas que sean muy jugosas o abundantes en agua y azúcares como las manzanas, las peras o los duraznos, no obstante, frutas delicadas como los plátanos o bananas no son los más indicados debido a su susceptibilidad al calor y a las altas temperaturas. El proceso no es lo más rápido del mundo, pero en un lapso de 30 a 45 minutos puedes lograr unas ricas y deliciosas frutas deshidratadas en el microondas.
La fruta se coloca directamente en el plato giratorio del microondas, por lo tanto, es indispensable lavarlo muy bien con agua y con jabón antes de comenzar con el proceso. Lávalo con un jabón neutro sin olor y enjuaga perfectamente con agua caliente. No olvides las paredes interiores del microondas, ya que cualquier resto de suciedad, grasa u olor que se quede concentrado dentro afectará el sabor y la textura de nuestra fruta.
2Después de tener el electrodoméstico impecable, es hora de cortar y preparar la fruta que será posteriormente deshidratada.
Escoge muy bien la fruta que quieres secar, toma en cuenta el consejo que te dimos anteriormente y deja de lado frutas como las bananas. Las uvas son una fruta que se adapta muy bien a este proceso, por lo tanto, puedes considerarla como opción para añadirla a granolas.
Después de haber seleccionado la fruta, lávala con agua y sécala perfectamente. En el caso de las manzanas o las peras, córtalas en rodajas muy finas, retírales el centro y si deseas la piel, aunque no es muy necesario. Como tienden a ponerse marrón con la exposición, sumerge las rebanadas en agua con limón hasta el momento de introducirlas en el microondas.
En el caso de frutas como las uvas, no requieren ningún tratamiento especial además de lavarlas y secarlas, ya que su cáscara se encoge con ellas.
3Seca muy bien cada rodaja con ayuda de un papel absorbente y coloca directamente en el plato giratorio. No olvides espaciarlas considerablemente (aproximadamente 2-3 centímetros entre cada rodaja) para que el aire pueda circular entre la fruta y no se cree un exceso de humedad.
4Configura tu microondas en la función “defrost” o en su traducción “descongelar”. Introduce la bandeja y déjala por un tiempo de 30 minutos. Durante este periodo, es importante dar la vuelta a la fruta cada 10 minutos para que el calor llegue a todas las partes de la misma.
La mayoría de veces que el microondas quema o, en su defecto, humedece de más la comida, es por exceso de calor o de tiempo. Es de suma importancia que lo utilices en modo de descongelación, ya que esto ayudará a retirar la humedad del alimento poco a poco. Ten en cuenta que la función normal genera mucha más potencia, por lo tanto, quemará la fruta en cuestión de minutos.
5Después de que hayan pasado los 30 minutos, revisa la fruta. Ten mucho cuidado porque tanto el plato como las rodajas estarán calientes.
La textura debe ser seca pero no crujiente y, si lo prefieres, un poco húmeda en el centro, por el contrario, si se encuentra demasiado húmeda en sus bordes, introdúcela de nuevo en intervalos de 5 minutos en un tiempo máximo de 15 minutos y revisa constantemente.
6Cuando la fruta ya esté deshidratada, retira el plato del microondas y deja enfriar a temperatura ambiente, esto también ayudará a mejorar la textura de la fruta y a secarse más. Una vez se haya enfriado, envásala en un frasco de vidrio con tapa o recipiente hermético por un tiempo máximo de 2 semanas.