El cava es un vino espumoso de doble fermentación que solemos tomar, bien fresquito, especialmente en momentos de celebración, como bebida ideal para un brindis, aunque su calidad lo hace perfecto para maridar con un sinfín de propuestas gastronómicas.
A la hora de adquirir una botella de cava surgen dudas sobre si el producto estará o no en su punto óptimo de consumo o, incluso, si podría estar caducado. También solemos preguntarnos si podemos guardarlo de un día para otro en la nevera si nos ha sobrado. ¿El cava caduca? Si te has planteado alguna vez esta cuestión, sigue leyendo este artículo de unCOMO para conocer la respuesta definitiva y también para desmontar algún que otro mito sobre esta bebida producida en distintas zonas geográficas de España y no en la región de la Champagne francesa.
¿El cava caduca o no?
Es una duda frecuente entre los amantes de los buenos vinos y espumosos y la respuesta es que no, el cava no caduca al no ser un alimento perecedero, aunque es cierto que con el paso del tiempo podría ir perdiendo, o viendo alteradas, algunas de sus características organolépticas referidas al color, aroma o sabor.
Las botellas de cava que tienes en supermercados o tiendas especializadas están en el mejor momento para que puedas disfrutar de la bebida con todas sus exquisitas propiedades, porque el proceso artesanal de elaboración del cava finaliza en el momento en el que es embotellado, es decir, salvo excepciones (cavas especiales), es un vino que no requiere un ‘envejecimiento’ posterior, como ocurre con otros vinos que incrementan su calidad con el paso de los meses o años.
El cava no caduca, pero su consumo preferente (aunque ese término no figure en la etiqueta) oscila entre uno y dos años. Pasado este tiempo, puede que no esté en las mejores condiciones.
Conociendo que el momento ideal de tomarlo no debe superar ese plazo de año – año y medio, el problema está en cómo saber la fecha de embotellado del cava. En general, esa fecha no figura en la etiqueta. Lo que normalmente aparece en ella es la añada (año de la cosecha) y el número de lote (que puede coincidir o no con la fecha de embotellado). En algunos casos, lo que sí puedes comprobar es la fecha de degüelle, que es el momento en el que finaliza la segunda fermentación del cava y se retiran las levaduras. Es el paso previo al embotellado. No siempre aparece esta fecha porque no es obligatorio, pero para tu tranquilidad, los cavas que tienes a tu alcance están próximos a ella y en el momento ideal de consumo.
Cómo saber si el cava está mal
Una vez sabido cuánto tiempo se puede conservar el cava, entre un año y año y medio, para tomarlo en excelentes condiciones, se plantea la duda de cómo detectar, al abrir la botella, si este vino, de delicado sabor, puede que se haya estropeado (no caducado) y no esté tan bueno como debería estar.
Algunos detalles que pueden darte pistas para decidir si tomarlo o descartarlo son:
- Al abrir la botella fíjate en el corcho porque si el cava se ha conservado bien y está bueno, verás que pasados unos minutos la base del corcho, la que se introduce en la botella, se expande ligeramente.
- Observa también el color que será de un tono paja – ambarino.
- Utiliza tu olfato, porque el cava tiene un olor característico, siempre agradable. Si te huele ‘extraño’ ha perdido propiedades (puede que incluso se haya avinagrado).
- Al servirlo, en el cava no pueden faltar las delicadas y finas burbujas. Si faltan es que el gas carbónico, con el que se elabora la bebida, ha perdido propiedades.
- Aunque hay distintas variedades de cava todas tienen un sabor característico, suave y más o menos afrutado. Si al probarlo te sabe demasiado ácido, probablemente el vino se haya estropeado.
Cómo conservar el cava
Cuando adquieres una botella de cava, estás llevando a casa un producto que ha sido embotellado hace escasos meses (fecha de degüelle) por lo que puedes disfrutar de él de manera inmediata. Si prefieres guardarlo para una ocasión, lo ideal es colocar la botella en posición vertical en un lugar oscuro, protegiéndola siempre del sol directo, y también un lugar fresco, donde no esté expuesto a altas temperaturas (alejado, por ejemplo, de los fuegos de la cocina). Además, ha de ser un sitio libre de humedad.
Cuando vayas a tomarlo, mete el cava en la nevera al menos 24 horas antes de servirlo para que esté bien frío. Esta opción siempre es mejor que meterlo un rato en el congelador para evitar los bruscos contrastes de temperatura que podrían afectar a su calidad.
Otra cuestión es cuánto dura una botella de cava abierta y cómo podemos conservarla mejor y poder aprovechar el contenido que nos haya sobrado. Si te ha quedado cava, ponlo en la nevera en posición vertical y estará bueno al menos uno o dos días, pero para que no pierda propiedades, debes cerrar la botella con un buen tapón hermético. Lo de colocar una cuchara al revés, con el mango metido en la botella, es un mito cuya efectividad no se ha podido comprobar.
Ahora que ya sabes la respuesta a la duda habitual sobre si el cava caduca o no, te recomendamos seguir aprendiendo y conocer la Diferencia entre cava y champagne leyendo este otro artículo.