Las agujetas, que también se conocen médicamente como mialgia diferida, consiste en un dolor muscular que aparece generalmente después de un sobreesfuerzo físico, el cual provoca una especie de microroturas en las fibras musculares. Estas molestas microlesiones, que aparecen en las zonas del cuerpo que hemos utilizado durante el entrenamiento, son bastante comunes o bien cuando hemos empezado a hacer ejercicio, o bien cuando el deporte que estamos practicando es demasiado intenso.
Sin embargo, si te encuentras en estos dos casos y no te duele el cuerpo al terminar con los ejercicios, es normal que te preguntes: "¿por qué no tengo agujetas después de entrenar?". Sigue leyendo este artículo de unCOMO donde te desvelamos si tener agujetas significa que hemos hecho bien los ejercicios o, por el contrario, podrían acabar en una lesión más grave.
¿Por qué no tengo agujetas después de entrenar? - aquí la respuesta
Algunas personas se preguntan si es normal no tener agujetas después del gimnasio o entrenamiento o, por el contrario, significa que la actividad física no ha tenido ningún efecto o quizás no hemos hecho el suficiente ejercicio. No hay una única respuesta, sino que existen diferentes razones por las que una persona no tiene agujetas después de entrenar:
- Buena condición física: las personas que llevan mucho tiempo haciendo ejercicio y, por tanto, han adquirido cierta masa muscular son menos propensos a estas lesiones después de la actividad física. La constancia a la hora de practicar un deporte favorece que nuestros músculos se vayan adecuando progresivamente al esfuerzo físico.
- Estiramientos después del ejercicio: si has dedicado un tiempo de tu entrenamiento en estirar correctamente tus músculos al terminar, es probable que al día siguiente no sientas esas molestias. El estiramiento consigue que las fibras musculares se relajen después de la actividad física y, como consecuencia, evita la aparición de microroturas.
- Alimentación adecuada: otro motivo por el que no tienes agujetas al día siguiente es que estás "alimentando" de forma correcta a tus músculos. Los alimentos ricos en proteínas y aminoácidos, como la creatina ayudan a acelerar la recuperación de las fibras musculares.
- Poco esfuerzo físico: si estás en baja forma física o has comenzado a hacer ejercicio hace unos días y no sientes agujetas, es muy probable que no estés haciendo el suficiente esfuerzo físico durante el entrenamiento. Sin embargo, esto no significa que tengas que llegar a niveles muy extremos de ejercicio, sino consultar a algún entrenador para que te asigne una rutina más adecuada y que se adapte a los objetivos que quieras lograr.
¿Si no tengo agujetas, no crece el músculo?
Tal y como hemos indicado anteriormente, no tener agujetas después de hacer ejercicio no significa que no hayamos hecho un buen entrenamiento físico. Sin embargo, a raíz de este tema, algunas personas se pueden preguntar si entonces estas microroturas son necesarias para el crecimiento y el desarrollo de nuestra masa muscular.
La respuesta es NO, las agujetas no tienen nada que ver con el crecimiento del músculo. Las agujetas son microlesiones en las fibras musculares cuando hemos hecho un esfuerzo físico mayor de lo que nuestro cuerpo puede soportar o está acostumbrado. De hecho, cuanto más ejercicio hagamos progresivamente, menos agujetas iremos teniendo, ya que nuestro cuerpo irá desarrollando más resistencia física poco a poco. Por tanto, las agujetas no son un indicador o un fenómeno necesario para que el músculo crezca.
Remedios naturales para reducir las agujetas
Tal y como hemos visto en el apartado anterior, el hecho de no tener agujetas después de entrenar no quiere decir que no nos hayamos esforzado lo suficiente. Sin embargo, si finalmente al día siguiente tienes estas microlesiones en algunas partes de tu cuerpo, a continuación, te ofrecemos algunos remedios caseros que pueden ayudarte a aliviar estas molestias:
- Baño con infusión de romero: esta planta silvestre cuenta con propiedades antiinflamatorias que ayudan a relajar las fibras musculares. Para prepararlo, tendrás que hacer una infusión con esta hierba y verterla en la bañera junto con agua templada. Sumérgete durante un rato en el agua y relájate.
- Compresas con agua fría: aplicar frío directamente puede ayudarte a bajar la inflamación y aliviar el dolor muscular. Para ello, sumerge unas cuantas compresas o paños en un bol lleno de agua fría y, luego, cuando le hayas quitado el exceso de humedad, aplícalo en la zona dolorida durante 5-10 minutos.
- Masaje con aceite de lavanda: es un excelente relajante muscular que también cuenta con propiedades antiinflamatorias, ideales para tratar las agujetas. Aplica unas cuantas gotas directamente en la piel donde tienes el dolor muscular y masajea durante 10 minutos realizando movimientos suaves y circulares.
- Infusión de miel con cayena: ambos ingredientes son dos potentes antiinflamatorios con propiedades analgésicas, por lo que ayudan a reducir considerablemente el dolor de las agujetas. Para prepararla, agrega menos de media cucharadita en un vaso con agua hervida y una vez se enfríe, añade una cucharada de miel y tómatela poco a poco.
Puedes ver otros tratamientos como estos en el artículo Remedios caseros para aliviar las agujetas.
Consejos para prevenir las agujetas
Si has decidido comenzar a hacer ejercicio y quieres evitar que al día siguiente puedan aparecer estas microlesiones, te recomendamos que sigas estos consejos:
- Calienta bien los músculos antes de comenzar cualquier entrenamiento.
- Realiza un estiramiento adecuado después de hacer ejercicio para relajar y disminuir la tensión de los músculos.
- No hagas sobreesfuerzos, especialmente, si has comenzado hace poco a practicar deporte. Además de sufrir unas agujetas agudas, una actividad física por encima de tus posibilidades podría provocarte una lesión muscular.
- Toma líquidos como agua o bebidas isotónicas para mantenerte hidratado durante toda la sesión deportiva.
- Por último, toma alimentos ricos en vitaminas, proteínas y otros aminoácidos para fortalecer progresivamente tus músculos.