Este artículo lo dedicamos a la manzanilla. Su uso tiene origen muy antiguo, especialmente en forma de infusión, las cuales se han convertido en unas de las más consumidas en el mundo gracias sobre todo a sus propiedades calmantes y digestivas.
De este modo, veremos exactamente qué es la manzanilla, cuáles son sus principales propiedades y beneficios, y cómo lo tenemos que hacer para preparar una buena infusión de esta planta medicinal, ámpliamente conocida alrededor del mundo.
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¿Qué es la manzanilla?
La manzanilla es una planta herbácea que puede alcanzar los 60 cm de altura. Se distribuía originalmente en la zona de los Balcanes, el norte de África y Asia occidental, pero actualmente se cultiva en muchos países del mundo como España y Argentina.
Se trata de una de las hierbas medicinales más antiguas de las que hay conocimiento, y se cree que el interés por ella surgió debido a su intenso aroma. Eso llevó al descubrimiento de las diferentes propiedades que la hicieron tan famosa.
La manzanilla es actualmente una de las plantas más consumidas en forma de infusión. Hay gente que habla de “té de manzanilla”, pero es una expresión un tanto incorrecta. Si queremos referirnos la preparación con agua caliente de esta o cualquier otra planta que no sea té (té negro, té verde, etc.), es necesario hablar de infusión.
Beneficios y propiedades terapéuticas de la infusión de manzanilla
Como se ha mencionado, la camomila es conocida como una planta medicinal con innumerables beneficios y propiedades terapéuticas para la salud.
A continuación destacamos las que resultan más relevantes.
1. Ayuda a una buena digestión
La infusión de manzanilla permite una gran ayuda a nuestro cuerpo a nivel digestivo en momentos de clara necesidad. En situaciones en las que sentimos que no hemos digerido bien una comida y tenemos malestar, dejarnos ayudar por las propiedades de la manzanilla siempre es una buena idea.
Su capacidad para relajar a nuestro cuerpo ayuda al aparato digestivo, fomentando los movimientos que el estómago y del intestino necesitan realizar de forma coordinada para promover una buena digestión. Así pues, alivia los dolores abdominales y la indigestión.
2. Calma y reduce la ansiedad
Como hemos avanzado en el punto anterior, otra de las razones por la que mejor se conoce la manzanilla es por sus poderosas propiedades calmantes.
Es así como una infusión de manzanilla puede ayudarnos a calmar nuestros ánimos en situaciones en las que estamos un poco alterados. El momento en el que más se usa es cuando vamos a dormir, pues nos ayuda a conciliar el sueño.
3. Disminuye el estrés
La manzanilla calma el aparato digestivo pero también el aparato nervioso, que tantas personas a menudo tienen sobreestimulado y no saben cómo hacerlo para relajarlo.
De este modo, la infusión de manzanilla puede ser una aliada en situaciones de mucho estrés, ya que permite calmarnos para afrontar mejor las situaciones con las que tenemos que lidiar. La manzanilla ayuda a reducir los niveles de estrés gracias también a sus efectos sedantes.
4. Ayuda a controlar la diabetes
La manzanilla también se puede usar para ayudar a controlar algunas enfermedades metabólicas, como es el caso de la diabetes.
El consumo diario de esta hierba en forma de infusión puede ayudar a controlar el índice glucémico, es decir, la cantidad de azúcar en sangre. Esto mejora los síntomas de la enfermedad de la diabetes,
5. Refuerza el sistema inmunitario
Ya hemos visto que la manzanilla contribuye al buen funcionamiento del tránsito intestinal.
Su buena acción en los órganos del aparato digestivo es muy relevante para el buen funcionamiento del cuerpo, y en gran medida esto es gracias a su acción en el sistema inmunitario que tiene desde ahí.
La manzanilla es capaz de reducir las infecciones del tracto digestivo y beneficiar la flora intestinal. Esto, a su vez, ayuda a disminuir el hinchazón abdominal que a veces sentimos.
De este modo, las propiedades de la manzanilla protegen y refuerzan el sistema inmunitario, previniendo enfermedades infecciosas y atenuando estados inflamatorios.
6. Ayuda a tratar heridas y impurezas de la piel
Además de ayudar a la inmunidad general del cuerpo, la infusión de manzanilla ayuda a proteger las células de daños externos. Se evita así que la piel se pueda infectar o dañar con procesos inflamatorios.
Por otro lado, la manzanilla está compuesta por compuestos fenólicos y taninos. Estos ayudan a retardar el envejecimiento celular y promueve la producción de colágeno, el cual es muy importante para la cicatrización de la piel.
7. Alivia los dolores menstruales
Sus buenos efectos calmantes a nivel digestivo, unido a su efecto antiinflamatorio y analgésico, hace que esta planta también ayude a controlar los dolores producidos la aparición de la regla.
Los dolores menstruales a veces son muy dolorosos, y a la manzanilla puede ayudar a hacerlos más llevaderos. Para reducir los síntomas premenstruales y menstruales se puede tomar una infusión de manzanilla a partir de la tercera semana del ciclo menstrual.
¿Cómo preparar una infusión de manzanilla?
Preparar una infusión de manzanilla es muy sencillo y se puede hacer básicamente de dos modos. Puede prepararse mediante flores secas de la planta o mediante bolsitas ya preparadas, las cuales se venden en herboristerías o todo tipo de supermercados.
Si quieres optar por la preparación mediante las flores, todo lo que hay que hacer es hervir un vaso de agua y colocar en él unas dos cucharaditas de flores de manzanilla. Entonces se cubre y se deja reposar 10 minutos. Luego se puede usar un colador para quitar las flores y quedarnos solo con el líquido de la infusión.
Por otro lado, puede ser interesante añadir otras plantas con propiedades medicinales en nuestra infusión. La menta o el hinojo son dos hierbas que tradicionalmente se preparan con la manzanilla para potenciar sus beneficios y también para obtener otros complementarios.
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Referencias bibliográficas:
- Craker, L.E. y Simon, J.E. (1986). Herbs, Spices, and Medicinal Plants. Recent Advances in Botany, Horticulture, and Pharmacology. Food Products Press.
- Simonetti, G. (1990). Stanley Schuler, ed., Simon & Schuster's Guide to Herbs and Spices, Simon & Schuster, Inc.