La sobreprotección en los hijos es una manera de educar equivocada, además que solo tiene consecuencias negativas. El deseo de cualquier padre es que sus hijos sean felices y que no sufran, que no pasen por acontecimientos que los padres pudieron haber pasado en su niñez y no quieren que sus pequeños las repitan. Pero hay que saber que sufrir o luchar en la vida no significa ser infeliz, y no sufrir no significa la felicidad absoluta. Por eso desde unComo.com queremos explicarte cuáles son las consecuencias de sobreproteger a los hijos.
Pasos a seguir: 1Bajo concepto de sí mismo. Si siempre se le evita que sea capaz de afrontar las situaciones por sí solo, jamás podrá saber de qué es capaz de hacer.
2Problemas en habilidades sociales. Se vuelven tímidos, retraídos. Les da miedo actuar por sí mismos por si algo malo les ocurre y prefieren evitar situaciones de confrontación o posibles problemas con los demás.
3Dificultades para tomar decisiones por sí mismos. No saben qué es decidir por sí solos, porque mamá o papá lo han hecho siempre por ellos. ¿Qué es mejor entonces para ellos mismos? El niño que ha sido sobreprotegido se vuelve indeciso, dubitativo. Incluso decisiones que para otras personas pueden ser muy sencillas, para ellos se vuelve en un motivo de angustia intensa.
4La máxima consecuencia de la sobreprotección es la inseguridad. Se vuelven niños y adultos inseguros, se sienten incapaces de hacer nada por sí mismos, teniendo una baja autoestima por no haber tenido la oportunidad de tener logros propios.
5Búsqueda de seguridad en el otro. Se apoyarán en los demás para que tomen decisiones por ellos, porque a eso están acostumbrados. Buscan protección en el otro dando pie a relaciones dañinas para ellos habiendo dependencia emocional.
6Pensamientos negativos sobre la vida y ellos mismos. Esto hace que abandonen pronto las cosas que se propongan, dándose por vencidos rápidamente, al primer obstáculo ya no les vale la pena continuar por miedo a equivocarse. Incluso pueden evitar esforzarse para evitar fallar.
7Relaciones complicadas con los padres. A medida que crecen y van entiendo el mundo que les rodea, pueden sentir rabia hacia ellos, les culpan por la frustración que sienten al sentirse incapaces de hacer nada por sí mismos.
8Culpan a los otros de sus problemas. La rabia que sienten hace que culpen a los demás de todo lo que les ocurre sin que esto permita que se fijen en sí mismos y en lo que pueden y son capaces de hacer para mejorar y sentirse mejor.
9Depresión. Cuando llegan a la adolescencia o la edad adulta pueden manifestar depresión a causa de su baja autoestima, su bajo autoconcepto y por no ser capaz de resolver los problemas por sí mismo.
10Indefensión aprendida. Sensación de poder controlar los acontecimientos que le ocurren, seguramente por experiencias negativas en su vida, la sensación de que haga lo que haga nada cambiará. Todo esto le llevará a no saber qué hacer con su vida sintiéndose cada vez peor.
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