Dentro de nuestra sociedad, hoy en día una de las grandes preocupaciones en materia de salud y bienestar es poder bajar de peso y quitarnos esos kilos de más que pueden estar perjudicando nuestra calidad de vida. Es por eso que poder mantener una vida activa y con una buena alimentación equilibrada se convierte en algo clave. Para ello, hoy en día hay numerosos tipos de alimentación y dietas que pueden ayudarnos a lograr nuestro objetivo.
Si lo que se busca es una ayuda extra y poder ver los resultados un poco más rápido que con un estilo saludable estándar, mucha gente optará por hacer ayunos. Es por eso que en este nuevo artículo de unCOMO te vamos a contar los tipos de ayuno intermitente para bajar de peso y algunas recomendaciones.
Ayuno de un día
Uno de los ayunos que más se suele recomendar cuando se está pensando en perder peso y poder cuidar de la salud es el ayuno de 24 horas o de día completo. Lo cierto es que, para tener una alimentación saludable, no se recomienda en ningún caso dejar de comer. Sin embargo, se ha demostrado que, privando durante un día de comida al cuerpo, este comienza a acelerar el metabolismo y es una forma rápida y segura de ir quitándose todos los excesos y hacer trabajar al cuerpo. En este tipo de ayuno, deberás esperar 24 horas sin comer nada sólido hasta pasadas 24 horas y, después, continuar con tu dieta normal.
Ayuno de días alternos
Para los casos más avanzados, está la alternativa de poder combinar algunos días normales con otros con ayuno. En este caso, la recomendación es que siempre se esté acompañado y monitoreado por expertos y que, en ningún caso, puede ser recomendable estar durante largos periodos sin comer lo necesario. Con unas pautas de nutricionistas y fuerza de voluntad, en este tipo de ayuno podrás combinar el de 24 horas durante varios días alternos. Sin embargo, se trata de un tipo de ayuno que no se recomienda alargar durante mucho tiempo, ya que a pesar de buscar la quema de grasa, lo cierto es que el cuerpo necesita de una rutina y de una fuente de nutrientes saludables en lugar de cortarle las aportaciones de alimentos por períodos alargados y sin supervisión ni complementos vitamínicos.
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Ayuno 12:12
Este tipo de ayuno es uno de los más recomendables, ya que puedes incluirlo en tu rutina diaria sin correr ningún riesgo y pudiendo ver al cabo de unas cuantas semanas los resultados. Se trata, sencillamente, de adelantar los horarios de cena y desayuno para que, desde la cena, hasta la siguiente comida, hayan pasado 12 horas, las cuales se suele estar dormido o en reposo. Esto, acompañado de una alimentación sana y equilibrada, es una de las formas más recomendables de emplear el ayuno en tu día a día. Además, al ser un ayuno muy ligero, no perderás masa muscular, pero le dará un descanso a tu sistema digestivo y te sentirás más ligero.
Ayuno 16:8
Para la gente que ya está un poco más iniciada en el mundo del ayuno, una de sus alternativas más eficaces es el ayuno de 16 horas. Puede que parezca mucho tiempo, pero consiste básicamente en eliminar el desayuno para poder iniciar la cetosis. Eso sí, si tu ritmo de vida es muy acelerado, debes consultar antes a un nutricionista que te asegure cómo es la mejor forma para estar con energía y bien nutrido durante el proceso. No obstante, con este tipo de ayuno, verás rápidamente los resultados y, si te alimentas bien, podrás complementarlo con ejercicio de cardio. Se trata de uno de los ayunos que más se suelen realizar dentro de todas las modalidades, ya que es asumible para nuestro cuerpo, pero podemos ver rápidamente los resultados. Sin embargo, como decimos, es imprescindible que la fuente de alimentación sea estudiada y pensada para cada tipo de persona y necesidades para poder aguantar esos horarios.
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Ayuno 5:2
El último tipo de ayuno que te venimos a mostrar es aquel que combina el tipo de alimentación durante la semana. Concretamente, el objetivo es poder hacer dos días de un ayuno intermitente y los otros cinco, consumir alimentos con normalidad. Eso sí, para que tenga buenos resultados, se debe tener en cuenta que la alimentación base debe ser muy equilibrada y balanceada, lo cual hará que, si ya de por sí nos favorece a la pérdida de peso, el ayuno será un empujón extra. Además, el tipo de ayuno no es total, sino que se pretende que se elimine tan solo el 25% de las calorías ingeridas. Esto se puede lograr eliminando por ejemplo la cena y comiendo de forma sana y ligera el resto del día.
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