Los albaricoques deben encontrarse en su justo punto de maduración para que después de tratados conserven el sabor y perfume de la fruta fresca y el almíbar quede rico. Si los albaricoques no están maduros adquieren al cocer un tono verdoso y feo y resultan sosos, maduros en exceso, la cocción los deforma convirtiéndolos en puré.
Pasos a seguir: 1Se envuelven los albaricoques con una gasa y se sumergen, sólo un minuto en agua en ebullición para escaldarlos.
2Se sumergen inmediatamente los albaricoques en agua fria, para endurecerlos, se escurren y se abren por la mitad para extraerles el hueso.
3A continuación se introducen en tarros para hacer almíbar, hasta 2 cm. del borde del tarro, apretándolos lo suficiente, sin aplastarlos.
4Se añade el almíbar en ebullición sobre la fruta, se cierran bien las tapas. Se estirilizan durante 25 minutos los tarros de un litro y durante 20 minutos los tarros de medio litro.
5En cada recipiente se introducen una o dos almendras mondadas, que se extren de los hueso de albaricoque, previamente partidos, ya que aportan un sabor muy agradable a la conserva.
6Para la preparación del almíbar, mida un número de tazas de agua, que se echarán en un cazo, añada la misma cantidad de tazas de azúcar y mezcle bien en frio, con una espátula, calentando luego progresivamente, siempre agitando, y hiérvalo durante un minuto. Eche el almíbar encima de la fruta se tapa bien y se estiriliza.