El pollo en sus diferentes modalidades es una de las comidas más famosas y cocinadas a nivel mundial. No solo por su exquisito sabor, rapidez y facilidad, se ha convertido en el plato estrella en una reunión familiar o para el día a día.
La versatilidad que ofrece el pollo nos permite elaborar deliciosos platos con infinidades de condimentos y acompañamientos, sin embargo uno de los mayores problemas es que en muchas ocasiones queda seco o poco jugoso, dejando una textura poco gustosa y nada rica a paladar, que incluso cuesta masticar. Si te pasa seguido y quieres deshacerte de este problema, en unCOMO te enseñaremos a cómo evitar que el pollo quede seco.
Utiliza un pollo fresco
Naturalmente la carne del pollo contiene cierta humedad y esta se pierde con la congelación y descongelación de la carne, por lo tanto es de suma importancia que compres el pollo el mismo día que lo vas a cocinar. Mientras más fresco esté, se cocinará más parejo, la carne se ablandará más rápido y absorberá y retendrá mucho mejor los jugos del cocinado.
Si te es imposible adquirir el pollo en ese momento y no te queda más remedio que mantenerlo congelado, retíralo del congelador unas 12 horas antes de que lo cocines y pásalo al refrigerador, evita sacarlo del frío por completo. Recuerda que el pollo es sumamente delicado en cuestión de bacterias y el cambio de frío a calor puede causar una descomposición.
Marina el pollo
Está comprobado que marinar generosamente esta carne antes de cocinarla es un factor fundamental para evitar la resequedad del pollo. La mayoría de los chefs afirma que es necesario dejar reposar la carne del pollo en dicho marinado por unas 2 horas, esto ayuda a ablandarla y aportarle sabor.
Lo más recomendado es emplear jugo de lima, limón o naranja, ya que combinan a la perfección con el pollo, de igual modo puedes optar por salsas como la soja o la salsa inglesa. También se aconseja cocinarlo con trozos de limón o naranja por dentro, acompañados de hierbas como romero, orégano o tomillo.
Descubre con unCOMO esta receta sobre Cómo marinar pollo.
Corta el grosor adecuado del pollo para evitar que se seque
Si vas a cocinar varias piezas de pollo, intenta que todas las piezas del pollo sean del mismo grosor para evitar que algunas se cocinen demasiado y se resequen o por el contrario, queden crudas. Por ejemplo, si vas a cocinar pechugas de pollo córtalas igual de gruesas a lo largo.
Además, es primordial escoger muy bien cuáles partes del pollo que se pueden cocinar juntas; en el caso de las pechugas es recomendable cortarlas por la mitad para prevenir el quemado de los bordes y que por dentro esté crudo. En el caso de milanesas o filetes se pueden golpear con ayuda de un martillo o mazo de cocina para reducir el grosor del centro y que todo se cocine por igual.
Una muy buena opción para la cocción de esta carne es deshuesar el pollo antes de la marinada; retirarle los huesos hará que la carne quede más nivelada y que tanto el calor como los aderezos se distribuyan mejor por dentro.
Temperatura adecuada para no secar el pollo
Cocinar el pollo a la temperatura debida puede ser el significado de un pollo dorado y jugoso a otro quemado y seco. Si lo cocinas en horno o sartén, lo importante es no sobrepasar la temperatura interna de 75ºC, ya que de aquí en adelante comienza a perder sus jugos.
En el caso del horno, la temperatura aconsejada para cocerlo y dorarlo sin quemarlo es entre 170°C o 180°C en el horno, que equivalen a unos 350°F.
Igualmente el tiempo de cocción es sumamente necesario para lograr un pollo perfecto. Lo indicado es cocinar unos 45 minutos por cada kilo de pollo, por lo tanto un ave de 2 kilos requiere aproximadamente unas 2 horas y así dependiendo del peso.
Mantequilla condimentada para que el pollo quede jugoso
Este se ha vuelto uno de los trucos más famosos entre los amantes del pollo, gracias a la jugosidad e increíble sabor que le aporta al momento del horneado. Consiste en preparar una mantequilla con varias especias y condimentos la cual se introduce entre la piel y la carne del pollo; esto genera que con el calor la mantequilla se derrita y penetre, haciendo que el pollo adquiera un sabor espectacular y la piel se dore y quede crujiente. La mantequilla condimentada puedes prepararla como desees, sin embargo aquí te daremos una receta deliciosa y súper sencilla.
Ingredientes
- ½ taza de mantequilla con sal (en el caso de mantequilla sin sal, debes agregarle sal después)
- Sal al gusto
- Pimienta al gusto
- 1 o 2 cucharadas de perejil
- 2 dientes de ajo machacados
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 cucharada de zumo de limón
- Ralladura de limón al gusto
Preparación y aplicación:
- Vierte la mantequilla en un bol.
- Agrégale todos los ingredientes. Ten en cuenta que no necesariamente deben ser esas cantidades, puedes agregar más o menos dependiendo de tus gustos.
- Mezcla hasta crear una mantequilla homogénea.
- Con ayuda de los dedos, separa cuidadosamente la piel de la carne para hacer una especie de bolsillo. Hazlo alrededor de todo el pollo incluyendo los muslos.
- Introduce poco a poco la mantequilla y frota en la carne.
- Cierra el bolsillo para evitar que la mantequilla se salga antes del horneado.
- Hornea el pollo según la receta que estés siguiendo y, de este modo, evitarás que el pollo te quede seco.