Hoy queremos hablar de un método de alimentación bajo el cual no sería preciso contar calorías ni micronutrientes para cuidar de nuestra salud. Se trata de la alimentación intuitiva, un protocolo que apuesta por escuchar las señales del cuerpo para saber cuándo alimentarnos y qué alimentos consumir.
Ahora bien, para llevar a cabo este método con éxito es preciso cierto entrenamiento y partir de un estado de composición corporal y de salud óptimos. De lo contrario, algunos mecanismos, como el de la saciedad, podrían funcionar de forma poco eficiente, lo que provocaría una situación de sobrepeso u obesidad.
¿En qué consiste la alimentación intuitiva?
La alimentación intuitiva se basa en no seguir ningún plan nutricional en concreto. Habrá que comer solo cuando se tenga apetito -y no siguiendo otras motivaciones, como calmar la ansiedad-, evitando consumir alimentos simplemente motivados por las buenas características organolépticas de los mismos. De este modo, un día se pueden hacer 5 comidas y al día siguiente 1 o 2, si así el cuerpo lo pide.
Es importante saber escuchar e interpretar bien las señales del organismo para conocer si realmente tenemos hambre fisiológica, ya que en ocasiones la sensación se puede confundir con el hambre emocional.
Así se satisfarán los requerimientos nutricionales cada vez que el cuerpo los demande, apostando por productos frescos fundamentalmente. En el fondo, reside la idea de que las señales de hambre nos hacen ser listos, dietéticamente hablando, a la hora de seleccionar alimentos si tenemos realmente hambre.
No obstante, la alimentación intuitiva no sería muy restrictiva con los ultraprocesados industriales. A pesar de que estos alimentos han demostrado ser nocivos para la salud a medio plazo, pueden introducirse en el contexto de esta dieta sin ningún remordimiento. Aun así, lo mejor sería no abusar de ellos y que no supusiesen una parte central del régimen.
Beneficios de la alimentación intuitiva
Cuando se pone en marcha de forma correcta la alimentación intuitiva, podríamos disfrutar de alguno de los siguientes beneficios:
- Incremento de la autoestima.
- Mejora el estado de composición corporal.
- Aumento del bienestar.
- Impacto positivo en la salud mental.
- Reducción del riesgo de sufrir trastornos de alimentación.
- Mejora de los parámetros fisiológicos del organismo.
De hecho, algunas de estas propiedades derivarían de los periodos de ayuno que se plantearían en el contexto de la alimentación intuitiva. Existen casos documentados de personas que son capaces de estar 16 horas sin tener hambre. De este modo, se plantearía o estaríamos muy cerca de lo que se conoce como ayuno intermitente.
Según una investigación publicada en la revista Annual Review of Nutrition, este protocolo tiene efectos positivos sobre la pérdida de peso y sobre el funcionamiento del metabolismo. Se podrían prevenir muchas patologías complejas a partir de su planteamiento, además de mejorar los parámetros fisiológicos del organismo.
Riesgos de la alimentación intuitiva
Entre los principales riesgos de la alimentación intuitiva está el mal control de la sensación de apetito y de saciedad. Por otra parte, partir de una base de sobrepeso o de escasa educación nutricional puede resultar problemático a medio plazo.
A pesar de que esta dieta no ofrece información acerca de los productos que se pueden consumir, de las calorías o de los nutrientes, es importante priorizar siempre la ingesta de alimentos frescos.
Si la pauta se basa en el consumo de procesados industriales podría empeorar o erosionar el estado de salud a medio plazo. Estos comestibles concentran en su interior azúcares simples, grasas trans y aditivos que resultan malos para el organismo cuando aparecen en exceso en la dieta. Es importante reducir su consumo y priorizar siempre la presencia de los frescos en la pauta, alimentos con alta densidad nutricional.
La alimentación intuitiva, un protocolo novedoso y con beneficios
La dieta intuitiva podría ser beneficiosa para personas que tienen una buena comunicación con su cuerpo. De hecho, solo puede beneficiarnos si sabemos escuchar e interpretar las señales de nuestro organismo. Ahora bien, no todo el mundo está preparado para seguir sus preceptos.
Además, es importante combinar la alimentación intuitiva con hábitos de cuidado, como el ejercicio. Es importante practicar ejercicio de fuerza con frecuencia, descansar cuando toca y exponerse regularmente a la luz solar. De este modo se conseguirá una síntesis endógena óptima de vitamina D, determinante para alcanzar la homeostasis en el medio interno.