El ejercicio es una actividad muy conveniente para cuidar la salud, y el gimnasio es uno de los lugares más adecuados para ponerse en forma. Sin embargo, acudir a este espacio con la regularidad necesaria puede convertirse en una tarea tediosa que relegamos con frecuencia. Para evitar esta tendencia, desde unComo.com te explicamos cómo motivarse para ir al gimnasio. De esta manera, te beneficiarás de todas las ventajas que nos aporta realizar ejercicio con frecuencia.
Sé realista
Para ir al gimnasio con la frecuencia suficiente es importante que te marques unos objetivos concretos y que estos sean lo más realistas posibles. De nada servirá proponerte metas inalcanzables, lo que repercutirá negativamente a la hora de hacer ejercicio.
Para ello, comienza realizando un calendario con los días en que estés dispuesta a ir, cuyo número de días puedes ir aumentando a medida que logres hacer de la actividad de ir al gimnasio, una rutina que forme parte de tu vida cotidiana. Consulta también el artículo Cómo aprovechar el tiempo en el gimnasio para disfrutar al máximo de la experiencia.
Practica actividades correctas
En casi todos los gimnasios existe un preparador físico que te puede indicar cuáles son las actividades que debes realizar, de acuerdo con tu estado, condiciones y actitud de cara a acudir al gimnasio.
Piensa que cada uno tenemos una capacidad de resistencia determinada, por lo que es importante dejarnos guiar por profesionales y, a partir de sus consejos, continuar en lo que respecta a intensidad física.
De la misma manera, además de la sala de máquinas, los gimnasios ofrecen distintas actividades físicas, una lista de posibilidades muy amplia con la que te sentirás a gusto en función de tus necesidades.
Busca un compañero adecuado
Muchas veces acudimos al gimnasio acompañados, por pudor o por aburrimiento. Si bien esta práctica puede ser muy ventajosa, porque implica involucrarse con el otro y mantener una regularidad a la hora de ir a hacer deporte, lo cierto es que muchas veces puede resultar un inconveniente. Ello se debe a que esa persona puede fallarte y dejar de ir al gimnasio, fomentando tu abandono de la práctica deportiva. De la misma manera, puede desarrollar un ritmo de actividad menor al tuyo, por lo que siempre estarás a expensas de su respuesta.
No te compares
Márcate tus propios objetivos y sé tú quien los cumpla. De nada servirá compararte con el que se sitúa en la máquina de al lado de la tuya y los resultados que obtiene en el mismo tiempo que tú. Cada persona tenemos un metabolismo y una fortaleza determinada, por lo que nadie nos puede marcar el ritmo.
Aprende a contar
Para llevar de manera más placentera la actividad en el gimnasio procura contar de manera decreciente. Esto es: realiza las series de repetición del número mayor al cero, de modo que te resulte más fácil terminarlas. Haz esto con regularidad y verás cómo los resultados que obtienes son más notables.