La harina es un alimento básico con el que se elabora una larga lista de productos, empezando por el esencial pan y terminando con las múltiples preparaciones, desde pasta hasta repostería, en las que se utiliza como principal ingrediente. Se trata de un alimento de larga duración, que puede estar semanas o meses en la despensa, pero sobre el que existen dudas respecto a si puede caducar y, finalmente, acabar deteriorándose.
El tipo de harina del que se trate y la manera en la que haya sido conservada son factores importantes para determinar su periodo óptimo de consumo y que resultan básicos a la hora de dar respuesta a esta pregunta, que, probablemente, te hayas planteado alguna vez. ¿La harina caduca o no? En este artículo de unCOMO aclaramos finalmente esta cuestión.
¿La harina caduca o no?
Generalmente, en los paquetes de harina lo que suele aparecer es una fecha de consumo preferente y no de caducidad porque, tal como explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la caducidad hace referencia a productos frescos,como las carnes y pescados, que pueden iniciar el proceso de descomposición transcurrida esa fecha y presentar, en ocasiones, microorganismos patógenos que pueden suponer un riesgo para la salud si se ingieren los alimentos que los contienen.
En este sentido, se puede afirmar que la harina no caduca, aunque esto no quiere decir que no pueda estropearse o ir perdiendo sus buenas propiedades una vez superada la fecha de consumo preferente.
En principio, las harinas tienen un periodo largo de posible utilización, ya que, en la mayoría de los casos la fecha de consumo preferente se prolonga tres meses, o incluso más, tras el envasado.
¿Sirve la harina caducada?
Descubrir un paquete de harina, abierto o sin abrir, que se ha quedado olvidado en algún estante de la despensa no es algo excepcional. Ante esta situación, no tienes que tirarla a la basura de manera inmediata porque es probable que puedas seguir utilizándola.
Siempre que haya sido correctamente conservada, la harina sirve aunque hayan pasado unos pocos meses de la fecha de consumo preferente. Lógicamente, si ha pasado más de un año o dos, es preferible desecharla porque aunque no esté mala, no estará en condiciones óptimas. Ten en cuenta, además, que las harinas integrales duran menos que las blancas y que, en cambio, las harinas derivadas de legumbres pueden conservarse en buen estado por más tiempo.
La harina ‘caducada’ puede servirte pero, antes de utilizarla, debes comprobar su estado general. Si la harina se ha echado a perder, es probable que:
- Se presente anormalmente apelmazada, quizá porque ha cogido algo de humedad.
- También el olor que desprende recuerda al de un aceite rancio, esto es una buena pista para saber que esa harina no está en buenas condiciones para su consumo.
- Si presenta alteraciones en su color normal o insectos de algún tipo, por haber sido invadida por una plaga, no quedará más remedio que tirarla a la basura.
Aunque no caduque, si ha pasado mucho tiempo de la fecha de consumo aconsejable, la harina podría estropearte alguna receta por ese sabor rancio que podría dejarle, especialmente si hablamos de elaboraciones de repostería.
Cómo conservar la harina correctamente
Conservar la harina en perfecto estado por más tiempo es sencillo siguiendo una serie de consejos. La harina de trigo, la que más se utiliza, puede durarte incluso más de un año o año y medio siempre que la guardes en condiciones adecuadas permitiendo, así, que mantenga sus características y propiedades.
Lo ideal es conservar los paquetes que no han sido abiertos en un lugar limpio y seco, como puede ser un estante de la despensa o alacena. Deben protegerse de la luz directa del sol y también de la humedad (incluyendo los vapores que pueden salir de la cocina mientras guisas).
Una vez abierto su envase original, es importante conservar la harina en un bote hermético para mantener inalterables sus condiciones evitando que pueda absorber olores o ser atacada por alguna plaga.
Por último, hay que recordar que la harina, si no se va a utilizar en un largo periodo de tiempo, también puede conservarse en la nevera, especialmente si se trata de harinas integrales o ecológicas, pero es fundamental que su envase o envoltorio la proteja totalmente de la posible humedad, por ejemplo, con una bolsa de cierre ‘zip’ que consiga envasarla al vacío o casi al vacío. Aunque pueda sorprenderte, debes saber que la harina también puede congelarse para prolongar su vida útil en aquellos casos que tengas claro que no la vas a necesitar. De esta manera, podrías tenerla en buen estado incluso más de dos años.
Ahora que ya sabes que la harina no caduca en sí, sino que tiene fecha de consumo preferente y puede estropearse si no se conserva bien, te recomendamos leer este otro artículo sobre Cuál es la diferencia entre harina de fuerza y harina normal. También te aconsejamos leer este otro artículo sobre los Alimentos que no caducan.