Existen una serie de alimentos que se caracterizan por ser muy adictivos. Hay que moderar su presencia en la dieta. De lo contrario, podría ponerse en riesgo el estado de salud. Es importante recordar que uno de los pilares de una buena pauta nutricional es la variedad. Además, estos comestibles que te vamos a presentar no son especialmente densos en lo que a micronutrientes y antioxidantes se refiere.
Antes de entrar en materia, has de saber que existen ciertas sustancias que provocan la liberación de neurotransmisores asociados con la sensación de felicidad a corto plazo. El azúcar es una de ellas. Su ingesta regular puede terminar, por lo tanto, causando una especie de adicción. Estamos hablando de un elemento que no resulta positivo para el organismo cuando se consume en exceso, así que hay que tener cierto cuidado con él.
Ahora sí, vamos a comentarte cuáles son los alimentos más adictivos que se pueden consumir. No quiere esto decir que no deban aparecer nunca en la dieta, pero sí que hay que moderar su ingesta para no provocar una alteración negativa de los hábitos nutricionales.
1. Pizza
La pizza es una de las comidas más famosas de Italia, que rápidamente se ha extendido por todo el mundo. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Clinical Chemistry , los carbohidratos de alto índice glucémico cuentan con la capacidad de generar cierta adicción, además de obesidad. La pizza está cargada de estos elementos, presentes sobre todo en la masa.
No obstante, es posible elaborar pizzas de calidad, siempre y cuando se elijan correctamente los ingredientes que llevarán por encima. Es necesario también escoger masas que cuenten con harina de grano entero en su composición. Aun así, hay que tener en cuenta que se trata de un plato bastante calórico.
2. Chocolate
El chocolate es otro de los alimentos más adictivos. Esto se debe también al azúcar presente en su interior. Su ingesta provoca la liberación de dopamina, un neurotransmisor que se vincula con la felicidad en un corto periodo de tiempo. Una síntesis elevada de este elemento puede provocar la necesidad de un estímulo mayor, lo que lleva comer más.
Como norma general, y según una investigación publicada en la revista Phychology of Addictive Behaviors, los alimentos son más adictivos cuanto mayor es su grado de procesamiento. Lo ideal seria evitar el consumo de chocolates industriales con alto contenido en azúcares simples. Es mucho mejor optar por la versión amarga, con gran porcentaje de cacao.
3. Galletas
Las galletas cuentan con azúcares simples y un buen puñado de grasas trans en su interior. Gracias a ambos elementos, sus características organolépticas son envidiables, lo que hace las delicias de muchos. Sin embargo, su consumo continuado puede generar adicción, además de no ser en absoluto positivo para la salud.
De hecho, las galletas son de los peores productos para incluir en la dieta habitual, pese a que muchos padres se las ofrecen a sus hijos cada día en el desayuno. Son capaces de impactar negativamente sobre la salud metabólica, provocando un incremento en la incidencia de la diabetes de tipo 2.
4. Patatas fritas de bolsa
Otro concentrado de grasas de tipo trans. A pesar de que se utilice aceite de buena calidad para su fritura, los lípidos que aportan estos alimentos no son de calidad. Consiguen incrementar los niveles de inflamación del organismo, lo que perjudica la salud a medio plazo.
Sería bueno tener en cuenta que cuanto más ácidos grasos trans se incluyen en la dieta, mayor es el riesgo de enfermar con el paso del tiempo.
Cuidado con los alimentos más adictivos
Como has visto, algunos alimentos de consumo frecuente pueden ser muy adictivos. Todos ellos se engloban dentro del conjunto de los procesados, salvando a la pizza y al chocolate en determinadas ocasiones. Lo mejor es que su presencia en la dieta sea puntual, para de este modo no generar problemas de salud.
Por último, ten en cuenta que, además de cuidar la dieta, es preciso promocionar otros buenos hábitos de vida para que el cuerpo funcione de manera adecuada. Es necesario practicar actividad física de forma regular y garantizar un buen descanso nocturno, de al menos 7 horas de buena calidad.