La principal causa de la tendinitis en el haber sometido los tendones a un sobreesfuerzo. Así que cuando nos hayamos recuperado y podamos volver a entrenar, debemos variar el ritmo para que no vuelva a sucedernos. Además, tenemos que actuar teniendo en cuenta que hemos pasado esta dolencia y que debemos dar tiempo a los tendones para que vaya recuperándose poco a poco. Para ayudarte a coger de nuevo el ritmo, en unComo.com te explicamos cómo entrenar después de una tendinitis.
Pasos a seguir: 1La primera causa de la tendinitis es iniciar una sesión de entrenamiento sin que los tendones se hayan recuperado completamente de la anterior. El resultado es que los sometemos a un sobreesfuerzo sin estar en plenas condiciones y se inflaman.
Así que no podemos cometer el mismo error y debemos establecer periodos de descanso como parte de nuestro plan de entrenamiento.
2Nunca debemos comenzar a entrenar hasta que no haya desaparecido por completo el dolor, principal síntoma de la tendinitis. Una vez que ya no lo notemos, iniciaremos unas rutinas para reforzar los tendones.
3Tras dos días realizando estos ejercicios, ya podremos volver a entrenar después de una tendinitis. Haremos lo mismo que antes de la dolencia, pero comenzando con una quinta parte del tiempo que le dedicábamos y estableciendo tiempos de descanso mayores, algo que debemos mantener ya para siempre si no queremos recaer.
4Cada día de entrenamiento, vamos ampliando el tiempo que dedicamos un 10%. Eso sí, debemos estar al tanto y al menor síntoma de dolor, parar la actividad física.
5Un día a la semana, es aconsejable acudir al masajista y comentarle la situación, para que contribuya a la recuperación y, sobre todo, a que no haya recaída. No hay que olvidar que la tendinitis es una enfermedad con tendencia a cronificarse.
6Después de entrenar y, aunque no nos duela, tenemos que aplicar hielo durante 15 minutos en la zona de la tendinitis. Ayudaremos a incentivar el riego sanguíneo y a que no se produzca inflamación.
7En las sesiones de entrenamiento, los estiramientos nunca deben faltar y, especialmente, si hemos padecido una tendinitis.