Es evidente que el alcohol es uno de los mejores conservantes que se conoce. En él se pueden macerar infinidad de frutas, pudiendo diluir también ciertas cantidades de azúcar al gusto, así como rebajar su grado alcohólico mediante la adición de agua destilada. Durante este proceso los melocotones se irán impregnando de alcohol, pero también el aguardiente adquirirá los sabores de los aromas de éstas.
Pasos a seguir: 1Se escogen los melocotones que muestren buen aspecto, sanos y en su punto de madurez.
2Se pinchan uno por uno los melocotones 4 o 5 veces hasta el hueso con un alfiler, se envuelven con una gasa y se sumergen en agua hirviendo durante 2 minutos, se enfrian rápidamente con agua y se dejan escurrir. Este proceso se hace para que el aguardiente penetre perfectamente en el melocotón.
3Se elabora un almíbar denso (400gr. de azúcar por cada kilo de melocotón) y bañe los melocotones en el almíbar hasta que hierva unos instantes, se retiran con la espumadera con cuidado de no quemarse, y se introducen en una terrina y se tapan.
4Se calienta el almíbar y se reduce hasta que adquiera la densidad original. se sumergen de nuevo los melocotones y se vuelven a hervir brevemente, se dejan escurrir.
5Se envasan en un tarro grande, pues al ser los melocotones enteros ocupan más espacio y quedan más bonitos, y se dejan reposar 24 horas.
6Se decanta el almíbar en una gasa fina, se le añade un litro de alcohol o de aguardiente de 90 grados por cada 2 kilos de melocotones y se vierte el líquido en el tarro. Se cierra herméticamente y se guarda en sitio fresco.