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Cómo elegir la carne fresca

Hacer la compra de la carne y que toda esté fresca, deliciosa y en su punto, puede ser un evento de suerte, de mucha suerte. Cuando vamos a la carnicería todo luce en la mismas condiciones: un poco de carne, otro poco de grasa, pero la verdad es que existen ciertas señales que nos pueden ayudar a llevarnos el mejor trozo. Descubre en este artículo de unComo cómo elegir la carne fresca.

Pasos a seguir: 1

Carne de res. Evita las carnes rosadas y con poca grasa, pues son trozos que no se han ablandado por completo y no tienen mucho sabor. La carne ideal debe ser de color rojo intenso, de consistencia pegajosa, seca, brillante y con grasa cremosa, nunca amarilla o gris.

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El cordero debe ser rojo claro, tiene que tener humedad y al igual que la carne de res, la grasa debe ser cremosa, delgada y firme. El cordero debe ser de carne flexible y nunca debe oler mal, tampoco lucir amarillento o con manchas grises.

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Para comprar pollo y pavo las señales son las mismas. Lo más importante es que las pechugas estén firmes, la carne debe ser de color blanco, sin sangre y con humedad. Al elegir estas aves verifica que la piel luzca tersa y las patas flexibles.

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Para elegir un buen conejo es necesario que el animal esté muy cubierto de carne y el lomo debe lucir redondo. La carne debe ser seca y brillante y una capa delgada de grasa debe cubrir los riñones.

5

La carne de cerdo debe presentar un fino veteado, estar suave al tacto y de color rosado pálido, jamás marrón. Al igual que en el resto de las carnes, la grasa siempre debe lucir cremosa y firme, nunca amarillenta o grisácea. Evite los cerdos de piel carne gruesa y con pelos.

6

El pato es muy fácil de elegir: tiene la carne más oscura y grasosa que el pollo. Piel pálida y cremosa y pechuga larga y gruesa. Nunca compres un pato si no tiene grasa en las patas o estas están rígidas.