¿Te gustaría conocer cuáles son los alimentos más nutritivos que existen? Estos se pueden introducir en la dieta cuando queremos que, con pocos cambios, esta gane en calidad.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que una de las claves de una alimentación saludable es la variedad. La pauta no ha de estar compuesta solamente por una clase de productos, sino que debe ofrecer alimentos que cubran todas nuestras necesidades nutricionales.
Alimentos más nutritivos
A continuación, vamos a mostrarte cuáles son los alimentos más nutritivos. De todos modos, que cuenten con calidad nutricional no quiere decir que sean especialmente calóricos, por lo que muchos de ellos tienen cabida en el contexto de una dieta que busca precisamente disminuir el consumo calórico.
Hígado de ternera
El hígado es uno de los alimentos que se recomiendan cuando se experimenta debilidad o fatiga. Esto se debe a su contenido en hierro hemo. Dicho mineral es clave para prevenir episodios de anemia, tal y como afirma un estudio publicado en la revista The Medical Clinics of North America . Hay que tener en cuenta que el hierro suele tener una tasa de absorción baja, y que un déficit provoca alteraciones en el bienestar.
Asimismo, el hígado cuenta en su interior con proteínas de alto valor biológico, además de otros micronutrientes esenciales. Entre estos últimos se pueden destacar la vitamina A, el zinc y el selenio. Por este motivo, resulta un alimento adecuado para aquellas personas que experimentan déficits.
No obstante, toda la carne roja en general se puede considerar como un alimento nutritivo.
Frutos secos
Los frutos secos son capaces de aportar una gran cantidad de ácidos grasos de tipo insaturado. Estos han demostrado ser beneficiosos para la salud cardiovascular, según una investigación publicada en la revista Annual Review of Nutrition. Cuentan con un efecto antiinflamatorio, lo que reduce la incidencia de la formación de placas de ateroma.
Por otra parte, los frutos secos también suponen una fuente de micronutrientes, como son el hierro, el calcio, el fósforo, el magnesio y el zinc. Todos ellos contribuyen a mejorar el estado de salud y han de ser consumidos mediante la dieta, ya que el organismo carece de la capacidad de producirlos.
Eso sí, este tipo de alimentos aportan bastantes calorías. Por ello, no conviene excederse con su ingesta. De lo contrario, se podría desequilibrar la balanza energética a favor del consumo, lo que origina una situación de ganancia de peso graso.
Yogur
Los yogures son fuente de proteínas de alto valor biológico, de ácidos grasos de tipo cis y de minerales como el calcio. Pero además concentran en su interior bacterias probióticas. Estas colonizan selectivamente el tubo digestivo, generando un beneficio para el huésped.
Si se altera la microbiota de forma negativa es posible que se experimente una mayor incidencia de patologías inflamatorias o crónicas. Por este motivo, conviene asegurar que tanto la densidad como la diversidad bacterianas se encuentran en valores óptimos.
Otra opción beneficiosa para incluir en la dieta es el kéfir. Este alimento de tipo lácteo también se considera muy nutritivo. Además se puede preparar de forma sencilla en casa. Solamente hay que conseguir los gránulos de kéfir y añadir leche para su posterior fermentación.
Eso sí, lo mejor es consumir el yogur y el kéfir sin azúcar. De lo contrario podría alterarse su valor nutricional. El aporte de carbohidratos simples en la mayoría de dietas que llevamos deberían disminuir.
Introduce en la dieta los alimentos más nutritivos
Es recomendable que los alimentos más nutritivos aparezcan con cierta frecuencia en la dieta. De este modo, se reduce el riesgo de desarrollar déficits nutricionales que puedan condicionar negativamente el estado de salud. Lo óptimo es que los valores de micronutrientes se encuentren dentro de lo recomendado.
No obstante, ten en cuenta el valor que aporta la variedad. Se recomienda priorizar el consumo de alimentos frescos frente al de ultraprocesados industriales. Estos últimos cuentan en su interior con azúcares simples y ácidos grasos de tipo trans que resultan nocivos a medio plazo para el organismo.