Encontrar una cura para el terror nocturno puede llevar más tiempo que los medicamentos o las terapias alternativas. Esto se debe a que la condición a menudo se supera después de una cuestión de tiempo. Para los niños, el momento más común para sufrir terrores nocturnos es entre las edades de tres y cinco años, y luego nuevamente durante la adolescencia. Los adultos también pueden sufrir terrores nocturnos. La superación de los episodios puede ser posible con cambios en el estilo de vida.
En busca de una cura para el terror nocturno
No existe una cura médica para los terrores nocturnos. Aquellos que padecen la afección deben hablar con su médico. El médico le hará preguntas sobre los síntomas experimentados por el individuo. Pueden preguntar sobre los cambios en la vida diaria, especialmente para los adultos. En la mayoría de los casos, esto le da al médico suficiente información para hacer un diagnóstico. En otras situaciones, en las que el médico cree que la persona también puede estar sufriendo otros trastornos del sueño, como insomnio, es posible que se solicite un estudio del sueño.
Con esta información, los médicos pueden determinar si el individuo sufre de terrores nocturnos. Si es así, pueden ofrecer algunos consejos sobre qué hacer al respecto, en todo caso. Hay varias recomendaciones que pueden hacer los médicos.
Proporcionar comodidad
Especialmente importante en los niños que experimentan terrores nocturnos es que los padres brinden consuelo y tranquilidad al niño, incluso si todavía está dormido. El niño a menudo necesita sentirse protegido y seguro si se despierta repentinamente:
- Tranquilícelos con una voz tranquilizadora.
- Evite tratar de despertarlos. La mayoría de los episodios no durarán más de diez a veinte minutos.
- Sosténgalos, permítales que se vuelvan a dormir después de asegurarles que no hay nada que temer.
- No insista en saber con qué estaba soñando. Es posible que no lo recuerden.
- Escuche sus preocupaciones y temores.
En la mayoría de los casos, los niños superarán los terrores nocturnos en unos pocos años. La mayoría no recordará el evento después de despertarse. En la mayoría de las situaciones, el padre está más preocupado que el niño.
Psicoterapia o Consejería
En algunas situaciones, el tipo correcto de ayuda para el terror nocturno es la psicoterapia. Las sesiones de asesoramiento con un psiquiatra pueden ser útiles para explorar el motivo del terror nocturno. Esto no suele ser necesario con los niños, a menos que la afección haya provocado insomnio o haya causado cambios en la vida diaria, como la falta de sueño de calidad que resulte en malas calificaciones en la escuela. En adultos con episodios prolongados, el tratamiento puede ser útil.
La consejería puede ser una de las mejores curas para los terrores nocturnos, ya que le permite al individuo explorar la causa de los terrores. También puede ayudar a aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión, que pueden ser causas de los terrores nocturnos de los adultos. En la mayoría de los adultos, la condición se revertirá sola, después de un período de tiempo o cambios en el estilo de vida. Sin embargo, para aquellos que no están seguros de la causa, obtener asesoramiento puede ser muy útil.
Tratamientos con medicamentos
En algunas situaciones, los médicos pueden recetar medicamentos para tratar los terrores nocturnos. Esto rara vez ocurre ya que otros tratamientos son altamente efectivos y más seguros, o no es necesario ningún tratamiento.
Algunos medicamentos pueden ayudar a reducir el número de terrores nocturnos o la duración de los mismos. Por ejemplo, los medicamentos con benzodiacepinas, incluido el diazepam, se pueden tomar antes de acostarse y pueden reducir los terrores nocturnos.
Los cambios en el estilo de vida mejoran los terrores nocturnos
La cura más importante para el terror nocturno es mejorar el estilo de vida. Al hacer algunos cambios, los buenos resultados son visibles en la mayoría de las personas que sufren de terrores nocturnos:
- Determine a qué hora de la noche un niño sufre de terrores nocturnos. La mayoría los experimentará durante el primer tercio de la noche. Despierte al niño unos 15 minutos antes de esta hora. Luego, permítales volver a dormir unos minutos más tarde. Esto puede detenerse una vez que los terrores se vuelven poco frecuentes.
- Obtenga ayuda para los problemas emocionales. Aquellos que reciben ayuda por estrés, ansiedad u otro trauma emocional pueden experimentar una disminución en la cantidad de episodios que experimentan.
- Ajuste los tiempos de sueño para asegurarse de que el niño pueda dormir más incluso con los episodios.
Para problemas que continúan o son persistentes, busque el consejo de un médico sobre cómo tratar la afección. La mayoría de las situaciones requieren tiempo para superarse.