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Cómo conservar el kéfir

Desde la cordillera del Cáucaso nos llega el kéfir, un comida fermentada que cada vez ha ido ganando más terreno en el mundo occidental. De aspecto similar al yogur, sabor ácido y textura cremosa, este alimento contiene múltiples nutrientes y propiedades beneficiosas para nuestra salud. Es perfecto para tratar problemas digestivos, mejorar la salud de nuestros huesos o combatir infecciones bacterianas de manera natural.

Es muy fácil preparar este fermentado en casa, aunque para ello necesitarás obtener previamente los gránulos, es decir, las pequeñas levaduras y bacterias que necesitarás para mezclar con las proteínas, los azúcares y las grasas que darán lugar a esta bebida tan beneficiosa. ¿Quieres saber cómo conservar el kéfir? Entonces, presta atención al siguiente artículo de unCOMO ya que, a continuación, te lo explicamos todo sobre esta bebida fermentada y su conservación.

Qué es el kéfir

El kéfir es un alimento probiótico que puede comerse o tomarse como una bebida. De forma parecida al yogur, el kéfir es resultado de la fermentación de la leche, así que tiene muchos microorganismos beneficiosos para la flora bacteriana. Por esa razón, es importante consumirlo refrigerado o bien conservado.

Su nombre, que proviene de la palabra turca "keyif", significa sentirse bien. En las religiones musulmanas, se le atribuye un significado espiritual y se cree que alarga la vida. Existen dos tipos de kéfir: de agua y de leche, ambos tienen métodos de conservación distintos.

El kéfir de agua tiene una apariencia transparente y está hecho, como su nombre lo indica, a base de agua. Los dos tipos de kéfir ayudan a mejorar la digestión y tratar problemas digestivos, así como también traen múltiples beneficios al organismo.

Tanto para hacer kéfir de leche como de agua se tienen que localizar sus granos, formados por el cultivo de levadura y bacterias lácteas. Su aspecto es blanquecino y su textura rugosa, similar a la de la coliflor. Los podrás conseguir en una tienda de dietética o en una especializada en productos del este europeo.

Cómo conservar el kéfir

Para aprovechar las propiedades del kéfir por mucho más tiempo, se hace indispensable conocer a fondo cómo conservarlo correctamente. Si necesitas guardarlo por mucho tiempo, congelar el kéfir es la opción más recomendable. Sin embargo, hay otros métodos para conservar kéfir que también te servirán por unos días.

Si solo necesitas conservarlo por unos 4 o 5 días, puedes reservarlo en el refrigerador sin mayor complicación.Si solo necesitas conservarlo por unos 4 o 5 días, puedes reservarlo en el refrigerador sin mayor complicación. En estos casos, lo único que deberás hacer será ponerlos en leche o agua con azúcar. En la nevera, los nódulos comenzarán a fermentarse lentamente y se conservarán.

Si, en cambio, necesitas el kéfir por más de 8 días, puedes utilizar el método húmedo. Este consiste en pasar los nódulos del kéfir por agua para limpiarlos bien, enjuagarlos y colocarlos en un recipiente con agua mineral y azúcar o en un recipiente con leche, dependiendo del tipo de kéfir. Por último, mételos en la nevera.

Una vez vayas a usarlo, puedes preparar este increíble probiótico reactivando los granos para que recuperen sus propiedades. Para hacerlo, mezcla los nódulos con leche y deja que fermenten por entre 2 y 3 días, en lugar de colarlos a diario.

Si pasan más de 10 días reservados y no los has usado, no te preocupes. No se estropearán, pero sí que irán perdiendo las propiedades.

Cómo congelar el kéfir

¿Se puede congelar el kéfir? La respuesta es sí. Congelar kéfir es la manera más segura de conservar los nódulos por mucho más tiempo. Si no sabes cuándo vas a consumirlos, este método puede ser el ideal para ti. Eso sí, no es aconsejable guardarlos por más de un año. Puedes congelar kéfir de leche siguiendo los siguientes pasos:

  1. Cuela la leche del kéfir y deja los granos solos.
  2. Limpia el kéfir con abundante agua para que queden suficientemente limpios y sin rastro de leche.
  3. Ahora, déjalos secar hasta que pierdan el agua.
  4. Busca un recipiente hermético e introduce los nódulos del kéfir en él. Séllalo muy bien.
  5. Luego, busca otro recipiente aún más grande donde quepa el recipiente anterior e introdúcelo allí. La idea es crear un ambiente aislado para que el frío no mate los hongos de los granos del kéfir.
  6. ¡Hora de meterlos en el congelador!

Si quieres saber cómo congelar kéfir de agua, el procedimiento es el mismo. En vez de extraer la leche, cuela el agua de los granos y sigue el resto de los pasos tal y como los indicamos.

Cómo descongelar kéfir

Ahora bien, una vez que vayas a usar el kéfir, es importante que lo descongeles lentamente. Déjalo a temperatura ambiente y, cuando estén descongelados, mete los granos en un recipiente con agua y azúcar o con leche para que fermenten lentamente, y ve añadiendo más día a día hasta conseguir el volumen deseado. De esta manera, en unos días recuperarán sus propiedades y podrás disfrutar de una bebida deliciosa de kéfir de leche o kéfir de agua.

Otras formas de conservar kéfir

Si quieres conservar el kéfir por un largo periodo de tiempo (de 12 a 18 meses) deberás hacerlo en seco. Enjuaga los granos con agua para limpiarlos adecuadamente y después extiéndelos sobre paños de cocina o papeles absorbentes para que se sequen completamente durante 2 días. Deberán estar en un lugar ventilado para el secado.

Cuando estén secos, envuélvelos en papel y recúbrelos con papel de aluminio antes de guardarlos en un lugar seco y fresco. Cuando quieras usar este alimento deberás sumergir durante una noche los gránulos en agua a fin de que se rehidraten. Al día siguiente, escúrrelos y deja que fermenten junto a una pequeña cantidad de leche que deberás ir aumentando cada día progresivamente hasta obtener la cantidad deseada.

Beneficios del kéfir

El kéfir es una bebida fermentada que suele ser llamado "alimento microbiótico", gracias a sus excelentes beneficios para la microbiota intestinal. Es ideal para restablecer la flora intestinal y prevenir el surgimiento de enfermedades intestinales.

Además, beber kéfir permite disfrutar de todos los beneficios de la leche de vaca, incrementando sus propiedades gracias a la fermentación. El kéfir es rico en calcio, magnesio, vitaminas del grupo B, vitamina K, fósforo, entre otros nutrientes necesarios para la salud.

Por otra parte, el kéfir fortalece el sistema inmunitario, neutraliza toxinas y ayuda a luchar contra bacterias y hongos. Prepararlo es muy fácil, así que si es tu primera vez probándolo, ¡ya verás que te encantará!

Cómo hacer kéfir

Si quieres hacer kéfir y no sabes por dónde empezar, ¡aquí te contamos! Para preparar bebida de kéfir en casa necesitarás: 1 o 2 cucharadas de granos de este alimento y dos tazas de leche. La elaboración es muy sencilla, tan solo tienes que seguir estos sencillos pasos:

  • Coloca los gránulos dentro del recipiente donde vayas a prepararlo.
  • Añade la leche dejando unos 2 o 3 centímetros del recipiente libre.
  • Tapa el recipiente y deja que repose la bebida entre 12 y 36 horas.
  • Después cuela la mezcla para que tan solo quede la bebida líquida y desecha los granos usados.

¡Listo! Ya ves que es sencillo, fácil y muy nutritivo.

Ahora que conoces las propiedades del kéfir, cómo prepararlo y cómo conservarlo, no dudes en empezar a disfrutar de todos los beneficios de esta bebida fermentada procedente del Cáucaso.

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