En el nuevo análisis, los investigadores estudiaron a 701 niños con trastornos del espectro autista o retrasos en el desarrollo y 421 controles normales. Después de ajustar por edad y otras variables socioeconómicas y de salud, encontraron que las mujeres que informaron haber tenido fiebre durante el embarazo tenían más del doble de probabilidades que las que no la tuvieron de tener un hijo con un trastorno del desarrollo.
Entre las mujeres cuya fiebre había sido tratada con medicamentos como Tylenol o Advil, el riesgo era idéntico al de las madres que no reportaron fiebre.
"La fiebre es una respuesta inflamatoria aguda", dijo la autora principal, Irva Hertz-Picciotto, profesora de epidemiología ambiental en el Instituto de la Mente de la Universidad de California, Davis. "Así que hay una sugerencia de que la inflamación de algún tipo puede desempeñar algún papel en la causalidad del autismo. La fiebre no tratada parece ser el lugar donde está el riesgo".