El queso es un derivado lácteo del que existen un sinfín de variedades, desde los frescos de suave sabor, hasta los más curados, de intensos aromas. Elaborados con leche de vaca, oveja o cabra, los hay para todos los gustos y no hay país que no tenga ese queso especial que forma parte de su gastronomía. Dependiendo de su origen y características hay quesos más duraderos que otros y como todos son una delicia, cuando tenemos una cuña de buen tamaño o un queso entero nos preocupa que se pueda estropear si no lo tomamos en un tiempo determinado. Es entonces cuando probablemente te asalte la duda: ¿se puede congelar el queso? No te preocupes porque en este artículo de unCOMO tienes todas las respuestas.
¿Se puede congelar el queso o no?
En principio, cualquier variedad de queso sí se puede congelar, aunque hay que saber que algunos quesos aguantan mejor que otros en el congelador y el resultado, al descongelar, puede variar, haciendo que la textura, el aroma o incluso el sabor, de algunos no resulte del todo agradable (sin que eso quiera decir que esté malo). Sigue estos consejos:
- Hay que tener en cuenta la composición de cada queso, sobre todo en lo que respecta a su contenido en agua y grasas porque, dependiendo de ella, el resultado tras la congelación puede no ser el esperado, llegando incluso a hacerla desaconsejable. Es el caso de los quesos frescos, como el de Burgos, el requesón o la mozzarella, todos quesos con un alto contenido líquido que, al congelarse por efecto del frío, los minúsculos cristales de hielo acaban rompiendo la textura original del producto. También el sabor podría verse afectado, sobre todo si estos quesos están más de un mes en el congelador y además no están convenientemente envasados.
- Por su parte, los quesos blandos magros, con un contenido de grasa que oscila entre el 10 y el 29,9%, y también algunos semi curados soportan bien la congelación. Son quesos como el azul, el brie, el gouda o el Edam que, generalmente, no se endurecen, sino que conservan ese punto, entre blando y duro, que tenían antes de congelarlos. También su sabor suele mantenerse inalterable.
- Entre los que resultan más adecuados para llevarlos al congelador, los quesos grasos o semigrasos más duros son los mejores. Los curados manchegos o los ‘solidos’ parmesanos se pueden mantener inalterables durante semanas, aunque en ocasiones, al sacarlos intentar cortarlos, pueden desmoronarse.
- Finalmente, hay que hacer mención a dos tipos de quesos con múltiples usos en la cocina: el queso rallado, que puedes congelar sin ningún problema porque al sacarlo del congelador estará igual que cuando lo guardaste, y los quesos crema para untar. En este último caso, es muy probable que el agua, la grasa y el cuajo que llevan se separen, durante el proceso de congelación, pero si al descongelarlos los bates con energía recuperarán una textura similar a la que tenían.
Cómo congelar el queso y descongelarlo
Como hemos visto, la mayoría de los quesos se pueden congelar con buenos resultados, pero para hacerlo hay que tener en cuenta algunos detalles importantes.
- A la hora de congelar un queso, comprueba que está en perfectas condiciones de consumo y que no ha empezado a ponerse malo.
- Si ya tiene presencia de moho, no lo congeles porque su proceso de deterioro continuaría durante horas en el congelador.
- Además, procura guardarlo en porciones no muy grandes, calculando las cantidades que puedas ir necesitando, ya que, una vez descongelado no debes volver a congelarlo.
- Lo más importante para una congelación óptima es que el queso esté perfectamente protegido del contacto directo con el frío extremo, para evitar que se seque o deshidrate. Para ello, los quesos magros pueden envolverse en varias capas de papel film y luego meterlos en un envase plástico con tapa (tipo tuper). Para congelar los más duros, haz lo mismo pero en este caso guarda los quesos en un envase con cierre totalmente hermético. Otra opción válida para cualquier tipo de queso es envasarlos en bolsas al vacío y meterlos directamente en el congelador.
- Aunque no es lo más recomendable, si vas a congelar un queso fresco, asegúrate de quitarle toda el agua posible, incluso presionando ligeramente con papel absorbente.
- Cuando necesites el queso y vayas a descongelarlo, no lo saques y pongas directamente a temperatura ambiente. La manera correcta de descongelar el queso es dejarlo en la nevera, en la zona menos fría, generalmente la parte baja. Tenlo ahí entre 3 y 6 horas según el tipo de queso, más o menos duro, para que la descongelación sea progresiva. Solo entonces podrás ponerlo a temperatura ambiente para finalizar el proceso y lograr que el queso se atempere. Por supuesto, para descongelar, descarta totalmente la opción del microondas.
Cómo conservar el queso
Hay quesos, como los frescos o los más cremosos, que siempre han de conservarse en nevera, también protegidos con film transparente y a una temperatura de entre 3 ºC - 7 ºC en el caso de los más blandos y entre 6 ºC y 12 ºC para los semicurados que están cubiertos por una tapa o corteza dura.
Por su parte, los quesos más secos y duros, del tipo de los manchegos, pueden estar perfectamente fuera de la nevera pero siempre en un lugar fresco y seco, evitando aquellos puntos donde pueda recibir la luz directa del sol o un exceso de calor (nunca junto al fuego donde cocinas). Puedes conservarlos de forma idónea en un recipiente específico, en una quesera, aunque otra opción es simplemente cubrirlos parcialmente con un paño limpio.
Ahora que hemos aclarado la duda sobre si el queso se puede congelar, te aconsejamos leer estos otros artículos sobre Cuántos tipos de quesos hay y Cómo saber si el queso está malo.